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Continúa su apostolado en Cuba 171 .Me consta, agregó el P. Santiago de Guatemala, que no perdía un minuto de tiempo; no hacía visitas sino por pura necesidad; y el tiempo que no empleaba en misiones y confesonario, Jo dedicaba al estudio y a la oración.» Durante el tiempo que conocí al Siervo de Dios, pude observar que tenía domadas sus pasiones y sus sentidos. Siempre andaba con los ojos bajos; no hablaba sino lo ne– cesario, su modestia infundía respeto y veneración; fué so– brio en la comida y bebida; nunca le oimos quejarse de las inclemencias del tiempo: frío, lluvia, nieve, calor. Dor– mía poquísimo. puesto que cuando a media noche íbamos Jos r~ligiosos al coro, ya lo encontrábamos allí; y allí se quedaba para largo rato, cuando terminados los maitines se retiraba la Comunidad.» Según declaración jurada de Fr. Antonio de Pamplo– na (1), que trató con el P. Esteban durante un año y con– vivió con él. este Siervo de Dios «no usaba jergón, se acos– taba sobre tablas desnudas y solamente durante unas cua– tro horas cada día. No aceptaba a la hora de comer el principio que por práctica de la Orden se concedía a los predicadores en el día que regresaban de las Misiones. No se contentaba con aplicar a su cuerpo las tres disciplinas semanales preceptuadas por las Constituciones, sino que ma ceraba su cuerpo con disciplina diaria•. · Otro religioso que convivió con él varios años en Amé– rica, llamado P. Benito de Guatemala, declaró ante el Tri– bunal de Barcelona (2) que, siendo el P. Esteban Guardián del convento de Antigua Guatemala, por los años de 1868, Y practicando los santos ejercicios con la Comunidad, al oir leer un capítulo acerca de la humildad, prorrumpió en sollozos sin poder contenerse a presencia de los religiosos. Y sé de ciencia propia, agregó el mismo testigo (3), que el P. Esteban nunca perdió el tiempo. Si no predicaba, estaba orando e estudiando; y cuando oraba, no se sentaba, sino que estaba siempre de rodillas. Y a pesar de las dispen– sas de descanso que tenía como Misionero al llegar al con– vento, sin ·embargo observaba exactamente lo dispuesto ----- (1) Declaraciones prestadas el día 18 de noviembre de 1924 ante el Tribunal de Pamplona. (2) Declaraciones del día 17 de diciembre de 1924. (3) Declaraciones del 22 de diciembre del mismo año.

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