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170 El Padre Esteban de Adaain He aquí sus propósitos, esc-;ritos en la primera hcja: blanca del Kempis que solía llevar siempre consigo; copia– mos la nota íntegra: •Propósitos hechos en los Ejercicios de 1852 en Cuba con mi Arzobispo Claret: 1. 0 Procurar~ imitar siempre a Jesús y a María y los tendré siempre pre. sentes en todo tiempo. 2. 0 Por la mañana me levantaré a: las cuatro, y después de las letanías de los Santos, media hora de oración mental. Y por la noche examen. 3. 0 Nunca· estaré ocioso. 4. 0 No recibiré limosna ni de Misas, ni de sermone3. 5. 0 No miraré el rostro a las mujeres, ni us~ré­ chanzas con nadie. 6. 0 Por ejercicio particular la humildad, en el confesonario, en las conversaciones; y si alguna ve~ te viene algún pensamiento de ambición, es del demonio.. 7. 0 Nunca te quejarás de la comida, bebida, ni de nadie; sino como Misionero, todo lo sufrirás como Jesucristo. Es– tos propósitos los leerás todos los viernes.-24 de abril de- 1852» (1). Si nuestro egregio Misionero cumplió estos propósitos. con exactitud, fué un santo de cuerpo entero. Que los cum– plió lo declararon con juramento a lgunos de sus compa– ñeros ante el Tribunal Ordinario de la Causa de Beatifi– cación. El P. Santiago de Guatemala, que fué secretario suyo, declaró (2): cSu continente, su modestia y recogimiento eran tales, que a todos nos inspiraba devoción; y se notaba visible– mente su abstracción de todo lo que le rodeaba y su re– cogimiento interior como hombre de continua e Íntima ora.. ción.» •Confiaba en el auxilio de Dios, que imploraba en lrr oración antes de acometer cualquier empresa, y solamente se fijaba en si era o no de la voluntad de Dios lo que ibrr a realizar. (3). (1) E sta preciosa pagma que tanto enaltece al P. Esteban, la encontré en djciembre de 1924 en el Archivo reservado del Re– ver endísimo P. Joaquín de Llevaneras, E x Comisario Apostólico· de los Capuchinos de E spaña, con la advertencia consignada en ella de qne el ejemplar del Kempis, que perteneció al P. Esteban, llegó en América a manos del P. Buenaventura de Villafranca, a quien conocimos durante un año en Arenys del Mar, en 1896. (2) Testimonio que prestó el día 23 de marzo de 1925 anteo el Tribunal de Pamplona. (3) Id. día 26 de marzo del mismo año.

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