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Continúa su apostola_d_o_ e_n_C_ u_b_u_______ 16---'-9 haber sesteado en la venta de Maroto, llegamos el 14 a las siete de la noche a Santiago de Cuba» (l). He aquí una página bella y poética. Es modelo de des– cripciones de viajes. Sobriedad, naturalidad, exactitud. Na– da de esfuerzo se le nota para hacer ver el mérito de su marcha a pie ganando en penosa ascensión la alta cum- · bre, después de la fatiga que suponen las Misiones predi– cadas y los viajes realizados anteriormente. Antes de comenzar los santos ejercicios, quiso aprove– char el tiempo nuestro Misionero para preparar al cumpli– miento Pascual a los detenidos en la cárcel correccional. Eran más de cien los presos. Pero el alcaide avisó que sólo ocho querían confesarse. Pasó a visitarles el P. Esteban el día 17, les dirigió una conferencia, y más de cien solicita– ron espontáneamente los Sacramentos, confesándose con varios sacerdotes. Habló también a seis mujeres, que se hallaban en pabellón separado, y al instante accedieron a purificar sus· conciencias. No ocurrió lo mismo con ciertos caballeros que se hallaban en habitación de distinauidos, los cuales se excusaron diciendo que haCía muy poc; tiem– po que se habían confesado y comulgado... A las cuatro de la madrugada del día 18, domingo ln Albis, las campanas de la Catedral anunciaban el acto so– lemne de la Comunión de la cárceL llevándose el Señor bajo palio, procesionalmente desde la misma Catedral. pre– sidiendo las autoridades civiles y militares y dando escolta un piquete de soldados con su música. Los presos comulgaron en líneas de seis, después de haber sido preparados con una fervorosa plática por el P. Esteban, que les ayudó con otra alocución a dar gracias al Señor. El público que presenció el acto quedó muy edi– ficado de la devoción de los reclusos. Aquella misma mañana ocurrió en el correccional un suceso trágico. Dos individuos, que habían rehusado con– fesarse y comulgar, se agredieron mutuamente a puñala– das, resultando gravemente heridos y muertos. El incidente causó gran impresión y todos lo creyeron castigo del cielo. El P. Esteban entró en ejercicios con vivo anhelo de comunicarse exclusivamente con Dios; permaneció en ellos nueve días abstraído en absoluto de cosas humanas. --- (1) C. II, p. 22 y 23.

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