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Prodigioso apostolado en Cuba 163 No se fugó D. Manuel ante la proximidad de los Mi– ·oneros, pe·ro escondió la buena prenda donde nadie la SI . ' d 1 . d' El udiera ver, envmn o a a vac:ac10nes para unos ms. ~- Esteban tuvo soplo de la maniobra, y antes de llegar a Mayarí. le escribió a D. Manuel una carta, con la que con– quistó su corazón y su alma. No es necesario añadir que D. Manuel se avino con docilidad a casarse canónicamente, repamndo el escándalo. Dice el P. Esteban aludiendo a este caso particular y al resultado de toda la pequeña Misión: .¡La gracia de Dios pudo más que todo el infierno, pues triunfó completamente!» Se aproximaban las fiestas de Navidad. Era muy na– tural que el Padre Esteban pensara en unos días de vaca– ciones. La palabra vacación nunca brotó de sus labios. No le ocurría pensar en vacaciones cuando el enemigo de las almas no se las tomaba. El día 20, después de una penosa marcha de veinte leguas, comenzó otra Misión en Sagua que duró veintidós días. Hemos terminado el año 1851. No se dirá que aquella fecha de la vida del Padre Esteban no fué fecundísima. Evangelizó y limpió de inmoralidades más de setenta pue– blos. Sacó del abismo del vicio a más de mil quinientas personas. Santificó con los Sacramentos de la Penitencia y Eucaristía a ocho mil treinta y tres almas. En la mayor parte de los lugares visitados erigió sendas cruces de di– mensiones colosales. ¡Cuán ajeno vivía nuestro Misionero a las inquietudes políticas que absorbían la atención de los prohombres de la Isla! El día 1 de septiembre había sido fusilado el Ge– neral Narciso López, como se mencionó en otro capítulo. Fué un :;:uceso que preocupó hondamente a los patriotas de uno y otro bando. El Padre Adoain no hace en sus Cua– dernos la más leve alusión a estos asuntos. Se preocupa tan solo de apuntar el número de a lmas que lograba rege– nerar y salvar.

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