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130 El Padre Esteban de Adoain El día 13 comparecieron D. José M.a Morales, León Coba , y Mánuel Conde, cuyas declaraciones fueron favorables al Siervo de Dios. Entre tanto. el P. . Esteban se hallaba encarcelado, en– tregado a la oración por la conversión de los enemigos de la Iglesia. Su actitud era la de . San Esteban ante los que le apedreaban para darle muerte. Pocos días en su vida se sintió tan feliz como los que pasó en aquella prisión. Los cedros robustos del Líbano no se abaten por las furiosas embestidas del huracán. El pararrayos se muestra más en– hiesto cuando se ve acometido por 'O'! rayo. La noticia de que el P. Esteban se hallaba encarce– lado se extendió como reguero de pólvora por toda la ciu– dad y aun por otras ciudades de Venezuela. El escándalo fué enorme. Se protestaba contra los perseguidores impíos en todos los centros de reunión, en las calles, en los pa– seos, en los ·mercados, en los cafés. La prisión del Siervo de Dios era la única conversación de aquellos días. Inmediatamente comenzó una verdadera peregrinación de personas de todas clases a las puertas de la cárcel. si– tuándose nutridos grupos en sus inmediaciones. Las per– sonas de las familias más acomodadas llevábanle colcho– nes, ropas, comestibles y regalos. El Gobierno arrastrado por su sectarismo ciego, habíase metido en otro conflicto. Sufría ante la opinión pública otra nueva derrota. Y buscó un medio ingenioso, aunque pobre y prosáico, para salir del atolladero. La Corte Superior, que tramitaba el proceso por orden del Gobierno, dictó el siguiente auto: «Caracas, abril. 16 de 1849.-Habiendo remitido a esta Corte el Sr. Secretario de Estado en los despachos de Interior y Justicia, la última Ley sobre conspiradores, de 3 de los corrientes y disponién– dose por su Art. ID que el conocimiento de estas causas corresponda al Juez Civil Ordinario, sin que las Cortes Su· periores puedan conocer sino por apelación o consultas, re· mítase asta Causa al Juez de Primera Instancia, Licenciado Narciso López, para que la continúe y determine.-Pedro Núñez Cáceres, Presidente.-Demetrio Castro, Oficial Ma· yor.» El día 20 el Juzgado reclamaba la copia de la nueva Ley, que «aun no había sido transcrita para los Subsecreta·

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