BCCAP000000000000130ELEC

128 El Padre Esteban de Adoain predicado públicamente? -R. Pregunte a los que me han oído que son muchos miles-. No siendo las respuestas que Vd. da, consiguientes a las preguntas que se le hacen sobre lo que ha predicado, ¿está Vd. resuelto a responder direc– tamente? ~R. Que ha hablado. púi:J!icamente-. En este es– tado y no habiendo querido responder categóricamente, sino con evasivas a las preguntas que se le han hecho, se suspendió el interrogatorio y firmo con el Secretario.- J. R. Revenga.-Fr. Esteban de Adoain.» Según el periódico expresado en la nota, aun continuó el interrogatorio, que sin duda el Secretario no creyó per– tinente copiar: Si no contesta Vd. a la pregunta· del Go. bierno de Venezuela, éste tomará contra Vd. medidas muy severas. - Señor Ministro, no ha habido predicador más grande que Jesucristo y sin embargo, los escribas y fari– seos lo llevaron de tribunal en tribunal y no pararon hasta que le quitaron la vida-. ¿Conte:?tc;r sí o no a las pregun– tas? - No me separo del Evangelio-. ¿Sabe Vd. que todo el Congreso y Cuerpo Legislador se ocupa en Vd. y en sus predicaciones? -R. No tendrá mucho que hacer cuando se ocupan de un pobre Capuchino. Yo nunca he predicado r.ontra ningún Gobierno, pues siempre he exhortado a la · paz y unión. Yo quisiera que esos que se llaman Padres de la Patria estuvieran revestidos del mismo espíritu que yo; y les aseguro que otro sería el resultado. El Gobierno pro– mete mucho bueno, pero operibus credite. Acto continuo se dictó auto de prisión en estos términos: ·Marzo 31 de 1849.-Digan al Gobernador de esta Provin– cia.-El Poder Ejecutivo en uso de la facultad tercera del Art. 118 de la Constitución, dispone que Fr. Esteban de Adoain sea puesto en seguro arresto en la cárcel política de esta ciudad, hasta nueva orden de S. E.-Tengo el honor de comunicarlo a V. E. para su pronto y puntual cumpli· miento, etc... » A lo que contestó el P. Esteban: ¡Señor Ministro!- Diga Vd.-¿Está Dios en la cárcel? -Está en todas partes, ya lo sabe Vd., replicó el Ministro. - Pues llevadme en buena hora, que Dios no me abandonará (l). (1) Véase la copia auténtica del Proceso en el Archivo del Vice-Postulador , Carpeta I. La debemos a un buen amigo que desea ocultar su nombre; nos sirvió desinteresadamente en el año 1926.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz