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ANUARIO MISIONAL 81 sido destinados a estas Islas para desempeñar las Misiones de Ca– rolinas y Pelaos lus Misioneros Capuchinos de filipinas, es de in– terés pera esa Orden Religiosa que se les declare Misioneros de filipinas con todas las ventajas que tienen las demás Corporacio– nes de su género.-Oios guarde a V. E. muchos años, Manila 24 de junio de 1890.-Excmo. Sr. Valeríano Weyler.-Excmo. Seilor Ministro de Ultramar. Inauguración de la nueva Capilla. El 8 de Mayo de 189'2 el P. Berardo, autorizado ¡=or el Excmo. Sr. Nozaleda, Arzobispo de Manila, bendijo la nueva Capilla pú– blica de la Casa Misión Central, dedicada a la Divina Pastora. Acudió mucha gente a pesar de que la inauguración se hizo con :;encillez y sin ruido. Los PP. Capuchinos viven desde esa fecha en esta Casa Mi– sión Central dedicados al ministerio espiritual de las almas. Vuelve a España el P. Berardo de Cieza. El 19 de julio de 1895 salió de Manila con rumbo a Esparla el M. R. P. Berardo de Cieza que dejó grates recuerdos imperecede– ros entre los Filipinos por su celo apostólico, por su prudencia ex– quisita, por su caridad que se traducia en visitas a hospitales y a los enfermos, por sus virtudes sólidas que le dieron fama de santidad. El P. Antonio de Valencia fué nombrado Superior de lu Casa– Central de Manila. Trabajos del P. Alfonso de Moreotin. Eran repetidas las instancias de los numerosos devotos de la Virgen que deseaban convertir la primitiva Capílla en un templo capaz y digno de su amantlsima Madre. El P. Alfonso de Morentin, Superior, se hizo eco de aquellos anhelos y comenzó el ensanche de la antigua Capilla a fines de 1897. Con toda felicidad proseguían las obras cuando en Mayo de 1898 la escuadra americana después de destruir la escuadra espa– iiola comenzó el bombardeo de lu ciudad. El pánico de la población fué indescriptible. El P. Superior de los Capuchinos havo una idea genial. Em– pezaba la Comunidad aquel día el piadoso ejercicio del Mes de Mayo ante la Imagen de la Sma. Virgen de Lourdes que se vene– raba en un altar lateral, y el P. Alfonso ante aquella tan amada i!)lagen prometió solemnemente dedicar a la Virgen de Lourdes su nueva Iglesia en construcción, si libraba la casa y la ciudad murada de los estragos del bombardeo. Manila no sintió los dectos desas- 6

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