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ANUARIO MISIONAL 77 Los PP.Capuchinos en Filipinas ":if-- MAN ILA ' AS Islas Filipinas forman un oasis en medio de los nu– merosos pueblos gentllicos del Extremo Oriente. Los viajeros de los tres siglos pasados han admirado tan– to su frondosidad y riqueza material, cuanto su carácter moral y civilización cristiana, notables en medio de tantas razas que toda– vía hoy no participan del perfeccionamiento moral y material del Evangelio y de la civilización de Cristo. A la Nación espaflola que implantó en este Archipiélago la Fe cristiana se debe el que Fili· pinas adquiriese la unidad requerida para formsr una Nación que durante siglos ha destacado entre las demás del Oriente. La Ooc~ora Inés S. Villa corrobora este aserto en su obra lau– reada en el <Certamen Zobeh (Manila 1932) con estas hermosas palabras: •El colonizador inglés iba a la Colonia con la espada en una mano y la ley en la otra, el corazón en Inglaterra y la cabeza en la Colonia. En cambio el espailol iba con la Cruz en la mano de– recha, con la cabeza en Espaila y el corazón en la Colonia... Si la mano de la Providencia no hubiese guiado a sus naves haci• Filipi– nas, nuestra suerte hubiera sido la misma que la que cupo a nues– tros vecinos de Borneo, java, Sumatra y Formosa.• El Descubrimiento Situado el Archipiélago Filipino en la zona tórrida del Norte, entre los 4° 40 y 20" 3 de latitud N. y los 116° 40 y los 126" 34 de longitud E. del meridiano Greenwich, está cercado al N. y O. por el mar de China y al E. por el mar de Cébes. Hernando Magallanes descubrió la Islas Filipinas para Espa– fla en 1521, pero muerto el intrépido navegante en 'Z'l de Abril de dicho silo, los expedicionarios abandonaron aquellas islas. Una nueva expedición, 111 mando del Adelantado Rui L. de Villalobos, dirigiéndose a las islas Molucas, tocó en el cabo de ~. Agustín de la isla de Mindanao en 1543, y finalmente Miguel L. de Lepazpi tomó posesión de ellas en nombre del Rey de Espaila eo el ano de

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