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A...;l'ARIO MJSIOSAL •La Oceanla E~pallole• de Manila decle: cldioma Carolino. Los RR. PP. Misioneros de las Carolinas Occidentales han emprendido con ardor la obra magna del estudi<> del idioma, por donde principian t,odos si han de obtener algún fru– to en la evangelización de salvajes. Tenemos a la vista una prueba elocuente de su celo, y es un librito en octavo de 144 páginas, que contiene un ensayo de gramática y un pequeflo vocabulario del idioma que se habla en Yap. Su autor, según la portada, es un mi· sionero capuchino, y tal modestia recomienda doblemente tan me· ritorio trabajo.> cEI Diario> allad!a: •El M. R. P. Capuchino Fr. Antonio de Valencia, de residencia en Yap y que actualmente se encuentra en Manila, ha escrito una gramática del idioma kanaka ,que, a juicio de cuantas personas la han visto, encierra grandes facilidades para. aprender en poco tiempo el lenguaje de Carolinas. Felicitamos sinceramente al estudioso capuchino, por el buen servicio que acaba de prestar con su interesante otra, hoy de ge– neral interés.> (Mens. Seraf. Madrid. Agosto, 1888. n. 0 60.) Proseguía el insigne D. Félix Sardá y Salvany en cLa Reviste Popular•: «Nuestros infatlgubles hermanos los Padres de la Orden Capuchina encargados de la dificillsim11 misión de las Islas Caroli· nas acaban de dar el primer fruto de sus estudios en el idioma de aquel pais, preliminar obligado .:le los trabbjos apostólicos de todo buen misionero. Tal es la •Gramática de la lengua de Yap>, con un pequeño diccionario y varias frases del mismo idioma en forma de diálogo, por un Padre Capuchino de aquella Misión. No sabe· mos, ciertamente, haya hecho otro tanto hasta el presente ninguno de los europeos que han visitado aquellas regiones como este mo– destlsimo hijo de San Francisco de Asís. Es verdad que esto es la historia de siempré, y con el mismo mal agradecimiento de siempre– por parte de los enemigos de nuestras incansables Ordenes reli– giosas. Felicitamos a los Padres capuchinos espafloles, especial· mente al referido autor, por este que titula humildemente •primer ensayo>, y que, en verdad, es la parte principal y más ardua de la empresa de evangelización cristiana de aquellas remotas tribus.> Y terminaba cEI Pilar• de Zaragoza: A los que preguntan para qué sirven los frailes, s!rvanles de contestación estas Hneas. Dos anos próximamente hacequefué en– viada a las islas Carolinas una misión de Padres Capuchinos, y, en. tan escaso tiempo, no solo han procurado hacer, como dice muy bien el anónimo autor de la Gramática, de cada carolino un hijo de la Iglesia Católica, y un súbdito de Espafla>, sino que le han dad<>
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