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ANUAHIO MISIONAL 85 al Vicariato de Blewfields (Nicaragua) al ser encomendado Guam a la provincia capuchina de Navarra-Cantabria-Aragón. Mons. Olaiz fué el priiner Vicario Apostólico que la Provincia de Navarra mandó a Guam; permaneció allí veinte años y debido a enfermedad fué sustituido por el actual Exmo. Monseñor Miguel Angel Olano, gui– puzcoano, muy conocedor de las costumbres y lenguas de Guam por haber pasado allí más de 13 años como misionero y últimamen– te Superior Regular de los Misioneros y Párroco de la Catedral. V III Mirando al trabajo espiritual y organización Guam lJuede ser considerado como una diminuta diócesis admirablemente servida por los Misioneros de la provincia capuchina de Navarra. La lucha más ruda que han tenido que .sostener ba sido con el protestantismo im- . portado por los americanos, cuya autoridad e influencia en los nati– vos constituía un peligro inminente para la causa católica. Se em~ plearon varios medios de proselitismo sin excluir la halagadora ayu– da material. Los ministros, no contentos con predicar en sus capillas, visitaban las casas de los nativos, les daban biblias y folletos y con amabilidad sugestiva entablaban discusiones sobre religión. Aper– cibidos de la grave situación, los misioneros lucharon denodada– mente desde el púlpito y en privado. Casa que había visitado el ministro americano era luego visitada por el misionero capuchino. Las conquistas de la 11erejia se redujeron a unas pocas fam ilias, cuyos descendientes han seguido la nueva religión o viven en el indi– ferentismo. En treinta y ocho años de dominación americana, el nú– mero de Protestantes (incluidos los niños) no llega al dos por cien– to. En un solo pueblo tienen capilla con escasísima asistenciá. En los demás han hecho grandes esfuerzos por fom1ar núcleo de adep– tos hasta pagando un ministro del país y llevando cada domingo protestantes de Agaña acompañados por el ministro americano, pero viendo que todo se reducía a cuatro curiosos que se colocaban en los alrededores de la casa-capilla, desistieron de viajes y pago de ministro. Aún en la capital los protestantes llevan una vida lángui– da. Durante varios años mandaban de América un ministro muy bien retribuido, pero debido sin duda al poco o ningún adelanto supri– mieron ese ministro y, según tengo entendido, hace mucho tiempo que una mujer nativa dirige los servicios religiosos de la capilla pro– testante. Gloria a Dios en primer tém1ino, y honor a los Misioneros de la provincia capuchina de Navarra que con su celo y actividad unidos a una vida ejemplar han conseguido triunfar de tan temible enemigo.
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