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82 ANUARIO MISIONAL alguna terrena. De ahl el aprecio del Gobierno y su ayuda material y moral a la Misión española de Guam. El agradecimiento profun· do que tal conducta causa en los misioneros, hacialo constar el pa· sado Vicario Apostólico en su Carta Pastoral de despedida en la que dedicó párrafo especial dando sentidas gracias a todos los america· nos, pero en especial o los Gobernadores que lo fueron durante su episcopado por sus deferencias y valiosa ayuda a la ll'\.isión católica, merced a la cual ésta había logrado realizar importantes mejoras en la capital, en los pueblos y campos. V La isla, de unos cuatrocientos kilómetros cuadrados escasos, es pobre. El único producto de exportación es la copra, hoy muy depreciado en los mercados de América, Japón y Filipinas. Danse también otros frutos como arroz, malz, tabaco, algodón, cacao y café, pero en cantidad insuficiente para cubrir las necesidades de la población. Es ambición de los naturales, muy justificada, en ser ad· mitidos en los trabajos del Gobierno, bien en los barcos, escuelas y oficinas, en construcción de caminos y obras públicas, bien como sirvientes de las familias de oficiales ame:icanos. Es muy notable el progreso verificado en Guam en los treinta y ocho años de dominación americana. Isla pequemi, antes de esca· sa significación y ape.nas comunicada con eJ resto del mundo, se la ve hoy dotada de los adelantos modernos más indispensables: sistema de agua corriente a domicilio en la capital y en los pueblos, y en los dislrllos de más elevación que los manantiales, amplios estanques de cemento donde se recoge el agua de lluvia; luz eléctrica y teléfo· no; estación de cable submarino y dos muy poderosas de radio que tienen al día a I~ islerlos de cuanto importante sucede en el mundo; dos cines parlantes; una poderosa fábriC!l de hielo y dos de jabón; varia~ cámaras frigoríficas propiedad del Gobierno y de partícula· ri!S; Banco con Caja de Ahorros, taller 1 ...s de mecánica, carpintería y serrería con maquinaria moderna. Caminos? Los federales embrea· dos y muy bien tenidos; los que corren a cargo de la islo algo lnfe· riores pero pasables. En este particular Guam ha cambiado radical· mente en poco tiempo. Hace solo diez años los misioneros tenían que hacer sus viajes por mar o a caballo, y vaca o carabao. Hoy puede llegurse en automovil u todo centro de población por peque– rlo que sea. Además de los vapores que llegan de América y Filipi· nas, cada mes Guam cuenta desde hace poco con un servicio de magníficos aviones que hacen el recorrido de América- China, y