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ANUARIO MISIONAL 53 ditos, percatáronse muy pronto nuestros misioneros que convertidos aquellos, hablase dado un gran paso en la conversión de éstos, y así desde su arribada enderezaron sus principales esfuerzos al logro de tan decisiva empresa, viendo tras laboriosas y amargas fatigas coronados sus trabajos con el más lisonjero éxito. Carezco de datos sobre las conversiones de los reyezuelos de las Carolinas Occiden– tales y Palaos, pero no así de las Orientales. En éstas, después de diez años de increibles trabajos, condimentados con las sales de amarguras sin cuento, logróse en 1896 la conversión de les reyes de Chocas, uno de los cinco reinos de Ponapé. Pero dejemos la pa– labra al misionero protagonista de tan gloriosa hazai1a. Ponapé (Carolinas Orientales) 15 de Abril de 1896. Rmo. P. General: Cerca d:ez ailOs hemos pasado derramando a manos llenas la semilla evangélica sobre estos engañados natu– rales, y tantos hemos estado contemplando con corazón lastimero, pero sin desanimarnos, la esterilidad de nuestros continuos trabajos, sudores y sacrificios, sin tener otro consuelo que el que inspira el cumplimiento del deber. Mas la escena ha cambiado... Dios infinitamente rico en misericordia ha ablandado el corazón de estos isleños, y aquella semilla echada con tanta prodigalidad en tiempos borrascosos y al parecer desperdiciada, va germinando a porfía, crece con exuberante lozanía y promete óptimos y abundan– tes frutos. •Qui seminant in lacrymis, in exultatione metent. • En la misión de la tribu de Kiti, a media:los del ai\o pasado, un adulto pidió el Bautismo con mucho fervor; a él siguiéronle al– gunos otros, y entre ellos uno de los Jefes más respetados de aque– lla tribu o Reino. Esto parece nada: sin embargo eran las primicias de nuestro Apostolado, y atendidas las circunstancias de estas Mi– siones, fué un acontecimiento importante. Mas ahora acaba de tener lugar otro acontecimiento todavia más importante y fecundo en las mas halagiieñas esperanzas, y es lo que ha dado motivo a la pre– sente narración. Este es el Bautismo del Rey y Reina de uno de los cinco Reinos de Ponapé llamado Chocas y perteneciente a mi mi– sión. Tal suceso ha sorprendido y edificado a todo Ponapé; tal vez le imiten los otros Reyes: si conseguimos esto, lo hemos conseguido todo, pues el dominio e influencia de aquellos es absoluta y arrastra hasta el último vasallo. En prueba de esto debo consignar que jun– tamente con el Rey y la Reina recibieron el S. Bautismo dos Jefes principales con sus mujeres y algunos otros. Además, estoy instru– yendo y dentro de un mes se bautizarán otros 30 adultos de ambos sexos; y entre ellos el hijo y sucesor del Rey, sin contar sus hijos párvulos...

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