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56 ANUARIO MISINNAL comprobarlos. Por eso antes de nada quiero citar y poner de relie· ve dos hechos, a cual más elocuentes, Indices reveladores de nues– tra precaria situación económica. 1°.-TASACIÓN OF.L PRESUPUESTO ANUAL. Hasta hace muy po– co se dejaba 11 la discreción y prudencia del Misionero hacér los gastos que él creyese necesarios o muy convenientes para su Es– tación Misional.Hoy iodos deben desenvolverse para todos los gas– tos dentro de los limites que les permita la tasa que se impone anualmente a cada Estación. Consecuencias de tal hecho?.. Oid a un Misionen,: cEn aten· ción al presupuesto setialado mis catecumenados están cerrados desde Octubre; y, como ~in ofender a Dios no ..e puede gastar más de lo seilalado en el dicho presupuesto, tendrán que continuar cerrrados durante todo el silo. Ante todo no cometer pecados per– sonales, tal pienso debe ser la suprema norma de los Misioneros. Y se hace en esta residencia todas las economias posibles: carne nunca se toma a la noche, y a pesar del intenso frlo que hace (de 18 a 22 grados bajo cero). todavla no se ha encendido la estufa. Los artrculos alimenticios y combustibles debido a la presencia de tanto soldado están sobre las nubes.• El que as! escribe es el R. P. Fernando de Dima, el cual desde su captura y prisión entre los • comunistas irradia tal fuerza de atracción auñ sobre los mismos paganos que más de seiscientos de estos se le hablan alistado pa· 1 ra los catecumenados de este año. 1Y pensar que la inmensa ma– yori11 de estos seiscientos catecúmenos y otros más, que sin duda se le hubieran presentado durante el curso de los catecumenaclos, no sentirán correr por sus frentes las aguas regeneradoras del bau– tismo por falta de recursos pecuniarioslll.... Si paro cualquier mi– sionero, que ha abandonado por venir en ayuda de estas pobreci– tas almas su patria y todo lo que ah! tenía de más caro, es una prueba desconcertante ver aquí sus actividades misioneras supe– ditadas a las escasas posibilidades de un mezquino presupuesto; qué no sera para el VARON APOSTÓLICO que ha visto bendecídas sus cadenas, las cadenas que llevara por Cristo, con tan gran nú· mero de catecúmenos; que ha visto brotar de la tierra regada con su sangre, SANGRE os MARTIRES, tan abundante semilla de cristia· nos?... Es la mayor prueba a que Dios ha podido someter al invic– to cONPESOR DE CRISTO, ponerle por una parte al alcance de su mano tanta mies madura y por otra atarle las manos para que no pueda segarla y recogerla para los graneros del Cielol. .. Qué tie– nen que ver los sufrimientos físicos de aquel duro y prolongado
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