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44 ANUARIO M ISIONAL El plan completo de estudios abarcará seis silos, estudiándose en ellos, además del latín, todas las asignaturas obligatorias en el plan de estudios gubernamental; y así, en los tres primeros ai'los, cursarán el programa de las escuelas primarias superiores (kao ch!) y, en los tres restantes, el de la Escuela Media (Ching shuo). De ese modo nuestros seminaristas podrán hallarse por su preparación a Ja altura de los estudiantes seglares y podrán mantener relaciones con ellos el día de mai'lana sin tener que considerarse en plano infe– rior. Lástima grande que por falta de subsidios pecuniarios no po· demos erigir en la Prefectura una Escuela Media registrada, donde nuestros seminaristas puedan cursar sus estudios superiores y obte· ner el diploma del Gobierno; porque entonces habriamos conseguí· do resolver de plano le cuestión del Seminario _y colocar a nuestros sacerdotes en un planomuy superior a los ojos de los paganos.Cuán· do llegará ese día? Por ahora aun parece muy lejano; pero abriga· mos la esperanza de que no faltarán personas generosas que nos quieran ayudar en una empresa tan santa y que tantos bienes puede rendir a nuestra querida Misión. x. CONCLUSIÓN. Ahl tienes, lector, trazada 11 grandes lineas la marcha de nuestro Seminario. Muchas han sido las díficultades que ha tenido que vencer, y graves la cruces que ha tt:nido que sopor· tar en estos pocos anos de su existencia; pero, en parte, esas mis– mas dificultades han sido las que nos han empujado y obligado a dar una solución, la más acertada posible, y a nuestro entender definiti– va, a este capitalísimo problema del Seminario indígena de nuestra Misión. En Sifencheng, cuna del mismo, bajo la dirección del R. P. Bartolomé de Puente la Reina, continúa el Preparatorio, mejorado en todos los órdt!nes, tanto material como espiritual, y con un plan y programa, tanto diario como anual, ya fijo y bien determinado; don– de al calor de la vida de piedad, que alll se practica, germinan y se robustecen las vocaciones eclesiásticas que nutren y han de nutrir el Seminario .'1enor en su sentido estricto y jurídico, que desde agos– to de 1935 ha queda<to por fin instalado en Pingliang, residencia central de la Prefectura Apostólica. Lástima grande que a nuestros estudiantes, tan deseosos de encontrar en su propia Misión un Semi· nario que los albergara y les ahorrara tantos y tan molestos viajes por Vicariatos extranos, aun no hayamos podido bri11darles sino el vergonzoso abrigo de unas cuadras, las que, blanqueadas y todo, aun dan testimonio de lo que fueron. Debido a ello y a la estrechez del lugar, es increible lo que hemos tenido que sufrir en lo que lle· vamos de curso, tanto el Rector como los seminaristas. Os citaré
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