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ANVARIO MISIONA!, 33 veces recurrí al Rvdmo. P. Prefecto en demanda de autorización y recursos para la construcción urgente de otra ala, a fin de obviar con ello los grandes inconvenientes que nacían de tener las tres secciones en la misma sala; pero, a pesar de sus buenos deseos, me hubo de contestar, que por entonces no se podía pensar en semejan· tes obras, pues la bolsa de la misión estaba enteramente exhausta; y que fuera sorteando los !nconvenientes, como Dios me diera a en– tender. En los mismos términos me contestó, al exponerle el lamen– table estado del 'dormitorio, en el que, por falta de local amplio, me vela en la precisión de construir, en vez de camas europeas, dos kang largos que, aunque aseados, eran detestables sobre toda pon· deración bajo el punto de vista higiénico y moral. En ellos se veían precisados a alinearse mis seminaristas, como sardinas en cubo, sin mas muros de separación, que las ligeras colchas que los cubrían. Gracias a que el temor de Dios todo lo puede y a él debemos el que no tuviésemos que lamentar ningun incidente desagradable. A pesar de las estrecheces del local y demás inconvenientes, aun se pudo organizar un bonito programa de estudios, alt'emando con las prácticas religiosas propias de todo Seminario. Se dió lugar preferente a la lectura espiritual, leyéndose alternatim un tratadi– to sobre la vocación sacerdotal. escrito para niños, y el EJERCICIO DE Pt:RFECCIÓN y VIRTUDES CRIS1'1ANAS del P. Rodriguez, ambos naturalmente en chino. Daba encanto ver la atención con que escu– chaban aquellas lecturas tan desconocidas de ellos. En varios de ellos hicieron brotar decididas vocaciones sacerdotales, que se tra– ducían en la exacta observancia del pequeño reglamento del Semi · nario y, sobre todo, en la frecuencia de Sacramentos. Durante el curso no hubo que lamentar perturbación alguna exterior ni interior; y debido a esta calma, pudieron hacer, en general, notables progre– sos tanto en las asignaturas como en la virtud. Como los candida· tos al sacerdocio habían aumentado notablemente con los niños de los cristianos de Shensi que, acosados por el hambre,subían a nues– tra Prefectura y entre ellos se encontraban buenos talentos y carac– teres ideales para el sacerdocio, se decidió hacer una rigurosa selec– ción en los exámenes a fin de deshacerse cuanto antes de los que no presentaran garantías ae poder llegar al sacerdocio y cubrir sus puestos con jóvenes de talento y virtud. Los exámenes se celebra– ron a principios de julio y en ellos nos vimos en la precisión de des– pedir a un grupito; así mismo fueron segregados tres de los más adelantados para mandarlos a Tsinchow donde proseguirían los estu– dios que les era imposible cursar en Sifengchen por falta de local y de profesorado adecuado.

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