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ANUARIO MISIONAL 23 sacerdotal; alli deberian permanecer hasta que el Seminario de Si– fengchen estuviera suficientemente arreglado para albergarlos có– modamente. Esto ocurria a principios de septiembre de 1931. Pero, cómo resulta verdadero siempre aquello de que •el hombre propone y Dios dispone> ... Ill. Historia de un dictadorcillo Hacia un año escaso que se había regularizado en Ja región de Lungtung (nombre con que civilmente es designada la región abar– cada por nuestra Prefectura Apostólica) un famoso bandolero por nombre Tcheng Kui tclzang. Era éste oriundo del mandarinato de Kingyang, y muy conocido como vulgar jugador en el pueblo de San– ·chelipu. Entre el juego y los vicios, perdió la respetable fortuna que poseía y, para dar cara a Ja vida, no halló otra solución mejor que repartir entre algunos de sus Camaradas varias carabinas prehistóri– cas que poseia y constituir una pequeña banda de salteadores, de la que se constitu– yó general en íefe. Felicisi– mos fueron los primeros ensa– yos, y debido a ellos su fama se extendió por to– doel Lungtung como reguero de pólvora. Mientrasde mu– chos era temi– do, odiado y perseguido, era amparado y fa– vorecido de otros muchos, quebajosusom· bra y amparo, se prometían grandes rique– zas y honores, todavez que era fácil prever que aquel vulgarsal- Tc!Jen¡kulrchaag
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