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ANUARIO MISIONAL 1J9 Los Hermanos en la Misión En distintas ocasiones he recibido cartas en que se me pre– guntaba por los Hermanos y por su cooperación en la Misión. Con– testé conforme a verdad; es decir, que los Hermanos son una pre– ciosa e imprescindible y necesaria ayuda en la Misión. Y si dije verdad, lean Uds. las siguientes lineas, y después juzguen lo que les parezca. Hasta el presente contamos en esta misión del Kansu con cua– tro Hermanos que son: Fr. Isidro de Artázcoz, Fr. Francisco de Za– balza, Fr. Conrado de.Salinas de Oro y Fr. Dositw de Arbistur. a) Fr. Isidro de Artáeco:e. . Este Hermano, apesardeque pa– sa de los 40 allos, conserva la agilidad de un joven de 20 abriles. Debido a su incansable actividad, en menos de un año, quédó com– pletamente edificada la Estación Misional de Kingyang con su am– plia iglesia y varias dependencias. En Yutumio, Sanshelifu, Sin– chiaju y Kinchow se levantan edificios debido a la mano y sudo– res de Fr. Isidro. Cuánto haya ahorrado para la Misión, solo puede comprender quien sabe lo que cuestan estas obras en el Kansu. Cuando Fr. Isidro se hallaba ocupado en las obras de la Iglesia de Sanshelifu fué apresado por los comunistas, y muy luego liber– tado; después trabajó no poco por la liberación del P . Fernando. b) Fr. Francisco de Zabalza. Se ejercita en la medicina y odontolog!a, y donde quiera ha adquirido fama de inmejorable mé– dico y dentista. Puedo hablar a ciencia cierta, por· que he vivido con él algunas temporadas. Los enfermos estaban muy ccntentos de él, y cuando tenía que cambiar de Estación, al saberlo se hacían lenguas de él, ponderando lo bien que les curaba y arrancaba dien– tes y muelas sin dolor, y exclamaban: •seguramente que no vendrá otro tan bueno•. Ha prestado sus servicios en Sanshelifu, Kingchow y Pin– gliang, donde actualmente se encuentra ayudando al médico chino de nuestra Estación y al P. Procurador. c) Fr. Conrado de Salinas de Oro. Todo el tiempo ha pasa· do en Chengyuén y su fama como médico, SE' ha extendido a cientos de_ kilómetros a la redonda. Tanto es así que en mis viajes por Sa'nsja, con frecuencia he oído decir a cristianos y paganos sin distinción: cEI Hermano de Chengyuen, con solo tomar el pulso ya conoce la enfermedad. ¡Qué bien cura el Hermano de Chengyuenl> Y los hechos prueban las palabras. Son muchos los·que diaria·
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