BCCAP000000000000125ELEC

A.'"l!ARIO MISIOSAL 41 la expedición, constituida por las autoridades espailolas de la nueva colonia y por nuestros Misioneros. Eran estos los ya anteriormente citados más el R. P. Luis de Valencia, que venia a sustituir al fa– llecido P. Fidel de Espinosa, el Rmo. P. Joaquín M.º de Llevaneras y el R. P. Ambrosio de Valencina, secretario provincial. Después de haberse detenido en Yap, capital de las Carolinas Occidentales, desde el 18 de Febrero hasta el 6 de Marzo, con ob– jeto de visitar y de animar a nuestros PP. y H. H. que desde el ailo anterior trabajaban CJmo buenos en aquella vii'la del Seílor, dirigié– ronse nuestros expedicionarios a, las Carolinas Orientales, dando vista el 14 de Marzo al puerto de Santiago de la Ascensión o Po– napé, donde desembarcaron. Fueron los primeros en visitar el terri– torio el gobernador electo de la colonia, el Rmo. P. Joaquín M.ª de Llevaneras y el R. P. Saturnino de Artajona, Superior regular de todas l&s Carolinas. Al dla siguiente, 15 de Marzo, r~lizaron otra corta visita los mismos PP. pero acompañados esta vez de los res– tantes Religiosos, siendo esta visita de inspección como la toma oficial de posesión de aquellos territorios sin evangelizar. CAPITULO SEGUNDO Obstáculos (1) Triste era el cuadro que ofrecía el estado religioso y moral de las Carolinas. La poligamia, la prostitución, el divorcio y el abuso de bebidas alcohólicas hablan echado profundas rafees en aquel des– graciado pueblo. La poligamia llevaba aparejados constantes cambios, ventas y raptos de mujeres. Estas eran consideradas como objetos de com– pra-venta; por este motivo tomábase muy dificil la conversión de los adultos. (1) Cierto que, dada IH di•tribuclón de capítulos, que hemos fijado a nues· troe Apuntes, éste de loa Obstaculos no debería lógicamente figurar oqul; aaiso fuera mejor uJ fin, entre las cnueua negativas, a modo de apéndice. Así lo hemos. visto en la obra. cuyo orden de materias seguimos, intitulRdn •La Propagation di Chrlatlanisme daos les trois prcmlers slecles-<l'eprés lea concluslons de M. Her– nack·par Jean Riviere. Perla. 1907. Nosotros hemos Juzgndo mdt conveniente ponerlo en este lugar, a fin de dar mayor claridad a1 relato y no reiterar e.xplieaclones.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz