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.. •.. y montado sobre an hermo10 c1ballo bla.aco vio un avisito a alguna empresa de publicidad, mi entrada hubiera eclipsado seguramente la solemne y triunfal de Nuestro Seilor en Jerusalén el Domingo de Ramos. En la casa misional no había el menor barrunto ni sospecha de mi proximidad cuando me presenté a la puerta. El comandante honró con su presencia mi humilde e.asa y mesa , sazonando nuestra parca refección con amena e interesan· te charla. Al día sii:tWente comenzaron las visitas que continuaron sin interrupción casi dos semanas. Por la maftana despedl cariilosa· mente a mis libertadores, haciéndoles algunos pequeilos obsequios en la medida que me permitía mi condición de pobre misionero, más como expresión de mi buena voluntad que como remuneración de sus servicios, que no tenfan precio. A la sazón no había ningún misionero ni en King-yang ni en Sanxelipú. El P. Bartolomé y fray Isidro se hablan retirado a Sin-feng como e lugar más seguro. Pero como entre nosotros las buenas noticias corren tanto como las ma– las, aqul estaban los dos la misma tarde de este día 9 de enero, y con pocos dlas dt: intervalo vinieron los demás misioneros a con– gratularse con el ex-cautivo. Por tan fausto motivo se celebraron festejos religiosos en todas las residencias de la Prefectura en ac· ción de gracias al Todopoderoso. Hermoso concierto de laudes en el que yo no era más que un pretexto insignificante.....
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