BCCAP000000000000125ELEC

ANUARIO MISIONAi. 45 extranjero bastante menos poderoso de lo que os imagináis. Cier· to que con él no pueden todos los soldados de la república; pero nosotros sabemos humillar a los soberbios y a los poderosos... , Y aquf hace un recuento de todos los triunfos conseguidos por el ejér· cito rojo bajo la sabia dirección del invicto Wang·taHxi.Y continú· a: •Este extranjero, que se expresa incorrectamente en chino, es un embaucador, un pérfido engaílador del pueblo. Las doctrinas que os predica son absurdas e insostenibles. El os dice que hay Dios; pero quién le ha visto? Sostiene que hay en nosotros un al· ma inmortal, que sobrevive a la carne y sangre; pero quién la ha palpado? Tales doctrinas las aceptan únicamente los necios y los ignorantes. Nosotros los comunistas no comulgamos con esas rue· das de molino. Nosotros somos discípulos de Markexi y de Leílin, !"s dos hombres más grandes que ha producido la sabia Europa. Hoy el mundo es de los rojos. En China hay más de 100 millones. Y en el resto del mundo muchos más..•• Los moradores de Tseng·tsuang, viéndome ahora cubierto de unos harapos repugnantes, apenas podfan creer que fuese yo el mis· mo que un mes antes pasó por aquellos lugares pomposo y boyante, caballero en una briosa y bien aderezada mula. Los excursionistas volvieron cargados de botín. Y no fué de los menos aprovechados mi guardián fray Ciruelo. 4-0.- En la cumbre del Tayn11:-po. Quizá sea esta cumbre la más alta de todas las que se anotan en los mapas de esta parte de Lungtung. Desde ella se ven clara· mente todas las cordilleras que constituyen la orografla de King· yang y de Huo·sui. Es la divisoria de los rios Tung·ho, afluente de Wel-ho, y de Huatxisui, tributario de Lo·ho. Los rojos, cómoda· mente montados sobre mulas adquiridas a tftulo de bienes mostren· cos, y los C>Jutivos a pie, fuimos escalando la gloriosa cima de Ta· yangpo. El sellng, se sentó en lo más alto de la mole gigantesca y los demás le imitamos. Desde alll se dominan las sierras de San· xelipú y las alturas de King-yang. Estas vistas me invitan a serias reflexiones. Un mes antes, desde la misma cumbre rec.reaba mis ojos con el espectáculo de aquel encantador panorama.Pero enton· ces era libre como los ciervos de aquellos bosques; en tanto que ahora... Ahora era un bicho raro, objeto de la curiosidad de aque· lla novísima y anticanónica cofradfa. Pronto me vi rodeado de un numeroso corro que me hacía toda clase de preguntas, particular– mente acerca del dinero que poseen los extranjeros residentes en China. •Ya lo habéis podido ver, les dije: Resulta que yo soy más

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz