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14 ANUARIO Mt:SIONAI. to pudieron de dinero, vestidos, etc; y por temor a una reacción de los defensores del orden, el mismo dfa se retiraron a la parte austral del poblado, llevándose consigo al presidente del consejo escolar, a un profesor de segunda enseí'lanza y a varios alumnos, hijos de las familias más pudientes de Huo-:;ui. 7.- Ladrones en X in-pu Barriada de importancia aunque de caserío muy desparramado, hállase Xin·pu vecina a la confluencia del río Tcheng·ho con el Tung·ho, a unos 50 kilómetros de King·yang y unos 40 de Sanxeli· pú. El día 20 de octubre fui a cumplimentar al nuevo mandarfn de· King-yang. En el curso de la conversación me advirtió nuest ra auto· ridad que tenla noticia de haberse visto ladrones en Xin·pu; ladro– nes cuyo número y 11rmamento él mismo ignoraba. Vuelto a casa, di cuenta de lo que pasaba al P. Oerardo de Erro, que aquel día me honraba con su vista, y a fray Isidro, que había venido de Sinchia· ho con el fin de procurarse algunos útiles para la obra de la capilla. El Hno. Isidro se alarmó no poco con la inesperada noticiu, no por lo que a él personalmente le pudiera ocurrir, sino por la suerte que pu– diera correr Sanxelipú, población indefensa y abierta a todas las in· cursiones, donde, en ausencia del P. Bartolomé, teníamos a nuestro cargo la Sta. Infancia que cuenta 30 niñas. ¿Cómo no sentirse inquie· to por tamaí'la responsabilidad? Creyéndome yo curado de espantos como más veterano en China procuré tranquilizarle, afirmándole que por el momento no había peligro alguno, y que al día siguien· te, sábado, estaría yo allá en mi puesto. El sábado amaneció llu· vioso. Tanto que el P. Oerardo tuvo que desistir de su proyecta· do regreso a Sinfengchen, y yo temfa no poder cumplir mi palabra. A la tarde quiso Dios que escampase. Y dejando a fray Isidro ha· ciendo los honores al ilustre huésped, caballero yo en mi mula me dirigí a las riberas del Maling. No observé en el camino nada anor· mal; algunos grupos de gente ociosa delante de las pagodas, y na– da más. Llego al término del viaje, y todo está en paz. Al día si· guiente, domingo, acudió también fray Isidro; pero no estimamos conveniente extremar las medidas contra un peligro al parecer no tan inminente. El lunes y'> regresé a King·yan y fray Isidro subió a Sinchia-ho. 8.-Día de T odos los Santos. El deber me llama desde la víspera a Sanxelipú. Y el mismo día de la festividad, a la hors de la misa, llega puntualmente fray Isidro,

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