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minario era ofrecido e impuesto a la Diócesis de Vitoria (que tantas simpatlas y ayudas habla prestado en distintas ocasiones) para 4 ue los considerables gastos que u111 seminario supone y produce en una misión sean atendidos en parte (al menos), por la generosidad de los católicos de la Diócesis de Vitoria, cuyo infatigable Secreta– riado Diocesano de Misiones se esmeró y trabajó con empeño, pa· ra que el Consejo Superior de la obra de San Pedro Apóstol IE's reservara a ellos la adopción de éste pobre e incipiente seminario, al que deseaban ayudar y socorrer económicamente, en conformi– dad con las limosnas qu~ para la Obra de S. Pedro Apóstol se re– caudasen en la Diócesis. Conclusión (2) Verdaderamente gigantesco es el esfuerzo realizado por nues– tros misioneros durante el primer trienio de su apostolado; esfuer– zo no exento de sacrificios, que Dios Nuestro Sei!or tan generosa– mente ha premiado con esta exuberante florescencia espiritual, cu– yos frutos no tardarán en recvger, y que harán perdurable e inde– fectible la semilla de la verdad, aunque s~ple de nuevo el huracán de la persecución contra el misionero extranjero. Gozosos y satisfechos queden nuestros misioneros ante el brillante resurgir de un pueblo sentado en :1as sombras y tinieblas de muerte. Aquellas horas de sinsabores sufridas en tantas ocasiones, vi– endo algunas de sus iglesias saqueadas y robadas por el bandole– rismo chino, que se paseó triumfante y arrollador por la región del Kan~u: aquellos momentos de angustias terribles sufridas por el (2) Las notes históríces, que en este trebejo presentamos, forman el marco dentro del cual es preciso intercalar lai variedad de obras tan m61tiples,que cada uno de los misioneros h~ realizado en su respectlvo territorio o distrito misional. No era de.. mi incumbencia, ni tan siquiera estaba en mi ánimo el presentar un trabajo Individualista, en el que tan fácil hubiera sido tener olvidos imperdo– nables: no oculté:adoseme que tos iniciadores del presente «ANUARIO M1s1os:A1.» con– tinuarán esta publicación en ai\os consecutivos, no he ten_ido otra pretensión, que el dar a conocer algunos detalles del J<ansu, y de las costumbres de sus natura· les, para que se conozca el campo donde desarrollan su actividad nuestros mi· sioneros. Ahora es, a ellos a quienes toca hablar. A cada uno de los misioneros en particular corresponde dar a conocer su distrito y sus trabajos, y presentar a nuestros lectores y bienhechores el avance constante de to religión, salpicando sus relatos con los rasgos más emocionances por el misionero vividos, y que nos den a conocer más y más a ese pais, at que miramos con interés Y con cariño. Sirva al m.isionero vasco-navarro de estímulo y acicate para completar, secundar y perfeccionar et trabajo que hoy se inicia con Je pub1icación del presente ANUARIO el saber que no está solo en sus conquistas; un número considerable de almas apóstoles desconocidas para el, trabajan, oran, se sacrifican fntim•mente identifi· cedas con ellos en el sublime ideal, de que presto muy presto e.l Kansu sea para Cristo.

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