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ASUARIO MISIONAL 219 antiguas, a base de grandes sacrificios económicos empezaron la edificación de algunas escuelitas, y hoy día todas las estaciones principales y alguna de las secundarias cuenta con su escuela re· gentada por un maestro o maestra subvencionados por la misión. Es digno de aplauso el aumento que se nota en las estadísticas, pues si en el año de 1931 se contaban seis escuelas para niños, con 140 alumnos; y dos para niilas con 28 alumnas; la estadística de 1933 nos ofrece este avance altamente consolador, escuelas para niños 10 con Z72 alumnos, y 4 para niilas con 78 alumnas, y una es· cuela para la formación de catequistas, siendo en 1933 catequistas varones 15 y mujeres 8 contra 11 y 6 respectivamente que señala la estadística del 31. El breve resumen de este estudio, me impide el detenerme a señalar algunas particularidades de la enseilanza, pero si en todos los paises se aprecia y estima la enseilanza dada por los Religiosos, no es excepción China; y no hace mucho tiempo, nuestros misione· ros de Pingliang, terminada la inspección oficial girada a la escue– la católica, recibían un docamento del inspector Provincial de En· seilanza, en el que les dice: •que su escuela es la primera y mejor montada de la ciudad, incluso la de los protestantes, que hace tan– tos años la tienen establecida.• Esta alabanza es más laudatoria, teniendo en cuenta, que serán unas quince las escuelas primarias existentes en la ciudad de Pingliang. Para la misión tiene una trascendental importancia la erección de escuelas primarias, porque a todos los alumnos se les obliga a la asistencia a misa por la mañana, mas al rosario por las tardes, y una hora de catequesis, con todo lo cual poco a poco se forma en el niño la conciencia religiosa juntamente con una buena formación social. Los desvalidos. La niñez abandonada Las obras de cariddd, que deja a su paso la Iglesia Católica, continuando el amor misericordioso de su Divino Fundador para con las muchedumbres desvalidas, tienen en los paises de misión una fuerza irresistible para atraerlos hacia ese Dios bueno y bondado– so, que nunca ellos han podido ver en sus ridículas divinidades. Los misioneros m:ran con una mirada especial!sima de predi· lección estas obras benéficas en favor del anciano y desvalido y muy especial para esa nii'lez abandonada por sus desnaturalizados padres. Los diversos casos sorprendidos por los misioneros de este sal· vajismo inhumano, en que los padres se deshac!an cruelmentt de inocentes criaturas, impulsó a nuestros religiosos a abrir un orfano·

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