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Al'IJARIO MISIOSAL 211 terano, perfeccionaban sus estudios, se iniciaban en las correrías apostólicas, y con los criados y fámulos iban dominando la lengua del país. -·-Aümentádoe1Peí– sona1 misional, y des· plazado a los distintos distritos, establecen su cuartel general en la población más cén· tríca y habitada, y des· de él hacen frecuentes salidas dentro de los limites de su distrito corre sp on diente, evangelizando, cate· quizando, y estable· ciendo estaciones se· cundarias, al frente de las cuales dejan a un catequista o maestro, que continúe la labor educativa de los neó· fitos durantela ausen– cia del misionero, y cuando ya los ha ins· truldosuficientemente Y como llor troocbada por el buracin, asi c.ay6 en las cuestiones reli- repenlfnamenc;a ~~~t:~·,.-~~r;,:!nc.ampo misional giosas, vuelve el mi· slonero; pasa una semana o más tiempo completando aquellas en· seílanzas, y después de bien cerciorado de que tienen instrucción suficiente los admite a los Sacramentos, celebrando una solemne función. Admirable y sorprendente cuadro de movilización misional, el que nos ofrece la estadística de Julio de 1933, donde consta el des· plazamiento de cada misionero, su residencia principal, las estacio– nes secundarias a las que atiende, como se ve en el cuadro que in· tercalo a continuación, como muestra del rápido desarrollo, que en el breve espacio de tres aílos y medio ha experimentado la religión cristiana en la Prefectura Apostólica de Pingliang. = ..............-., • I==="'

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