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ASUARIO MISIO:<AL 197 Situación aterradora del país No han sido estos primeros años los más risueños y los más encantadores para Jos misioneros, pero sf los más impresionantes y los más trágicos, que han vivido. Dos años continuos de una se– quía pertinaz, el misionero ha vivido toda Ja miseria moral y ma– terial de un pueblo a él encomendado que se veía lanzado a un des– tierro voluntario, para no morir victima de la espantosa m·iseria , que asolaba la comarca, y todos los días causaba incontables vícti– mas, porque no tenían qué comer. Padres que acudían hambrientos al orfanotrofio a depositar gra– tuitamente asus hijos, a Jos que no podían mantener; miles de fa– mé 1 i cos que diaria– mente pasaban por la casa misión en busca de un pobre alímento, que mantuviera sus fuerzas debilitadas; cientos de cadáveres en lás calles, en los caminos y en los cam– pos, puesenTsinchow y Lanchow moríandia– riamente unos 3.000 y en Pingliang en varios meses ascendieron a 3.000 las víctimas del hambre: y en Si– fengchen más de cua– tro mil hombres pasa– ban por las puertas de la casa del misionero, desarrapados, medio desnudos; mientras que patrullas inconta– bles de ladrones y bandoleros, merodea– ban por aquellas co– marcas, poniendo en jaque al misionero, El padre famélfco enireca como cae611co a 1u pequrña Cecllla en el orfeUnato, para él lan• ~arse a la ventura. Le 1Jlña goza con las carl· clas de tas relf¡rfos-as y no te falta una buena madre donostlarra, que por ella se lnlere••·
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