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. ANUARIO MISIONAL 187 ladándolo a un tablado que improvisan en aquel mismo momento con cualquier tabla vieja, para que allí exhale su último suspiro, d_ejando así su propio lecho libre de todo mal presagio para sus descendien– tes que en él descansarán: pues el espíritu del difunto, tan temido por estos kansuanos, se habrá desacostumbrado a venir a descansar en el lecho familiar, del que faltó durante esa brevlsima temporada de la gravedad del enfermo. Cuando ya está próximo a la muerte, es muy frecuente meterlo en el féretro, sin sobresalto alguno por parte del moribundo, que lo toma como última prueba del amor filial. Pero antes, cuidan de amortajarle bien, no reparando en gastos con el fin de que pueda presentarse decentemente en presencia del • YA VANG• rey de los infiernos y juez de todos los difuntos. En la mortaja reparan en <leta– les nimios, como el de suprimir los elegantes botones de cobre usa– dos en los vestidos, por los ordinarios de tela; con el fin de que no sean tan pesado~. Tal es la creencia de los naturales, aunque la ex– pticoción dado por los iniciados en los doctrinos budistas es, que <Atar los botones• es frase sinónima de •llevarse los niños>, cosa de temer del espíritu del difunto. Como cosa de mayor gusto y de elegancia más refinada se les amor taja con ropa talar, pero teníendo cuidado de que no lleve forro de animales, pues seria de temer que el espíritu se encarnase en la especie de animales cuya piel llevara, y esto a pesar de que juzgan indispensable arropar lo mejor pasible al difunto, aunque sea e~ lo más riguroso del verano, para que el espíritu no SE' enfríe en su largo viaje al tribunal de Yavang. En estos trances y para estos ves– tidos emplean forros bien embutidos de guata. Una vez fallecido cuidan de cerrarle bien la boca, y si esto no es posible se la tapan con una moneda. Con esta rápida operación, se junta la de quitarle la almohada, si es que la tuvo, pues lo ordi– nario es un ladrillo o un zoquete de madera, para quemarla, con el fin de no contagiarse como cree el vulgo: pero que según la doctri– na budista tiene por razón, el que quede el cuerpo más plano u ho– rizontal y así descanse su espíritu en paz, ya que las palabras paz, y horizontal se escriben en chino con idénticos caracteres. Después de la muerte Una vez muerto v amortajado se apres:iran a preparar una mo– rada digna al esplrilu, <¡uc los lres primeros días permanece en casa. A este efecto compran una casa de papel, que se venden para es– tos fines, y la colocan en la puerta de la casa del muerto con otros adornos de papeles, rizados unos y llenos de inscripciones otros. Es

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