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184 ANUARIO 1'11~10NAL Admitida el alma humana, la hacen responsable de los actos realizados, y si son buenos, si tienen buenas obras, como ellos di– cen, llegarán hasta la presencia del gran Buda y allí gozarán de una gran felicidad. El castigo más terrible para el alma lo experimentará si come carne, (prohibida por la ley de Buda); pues si ha comido de carne re– cibirá el castigo de encamarse en aquel animal, cuya carne comieron. <Esto lo he oído yo de labios de uno de ellos, a quien aconsejé car– ne de gallina para curarse de su enfennedad: ¡Antes morir, me con– testó, que comer carne! Cn la montaila rocosa de Ml•tstn¡·nane se levanta lo poeoda al eran Bada cuya etrrte aparece al exterior con 1a.1 doa 1ervld.ore1 Vlsnú y Shlva. Después de la muerte el alma tiene que presentarse a juicio: pero tiene que pasar por diez tribunales, siendo el tribunal quinto el más riguroso y el más terrible, pues en este, se hace firme la sen– tencia. Cada uno de los tribunales está presidido por espíritus, que hacen justicia; y alll en el lugar del juicio hay una rueda, en cuyo derredor quedan inscritos toda clase de animales: y según los peca– dos que haya cometido y la carne que haya comido, recibirá su cas– tigo y además el encarnarse en tal o cual animal. Pero esta terrible
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