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A.'\'UAJtlO .MISIONA\. 179 rar su cultura agrfcola, haré constar que ni tan siquiera conocen el arado romano: y que para escardar los maíces y el trigo (labor en– comendada a las mujeres) la hacen de rodillas, extrayendo las ma– las hierbas con sus manos. No voy a detenerme a explicar los trabajos de Ja siega y de la trilla, pero no quiero pasar en silencio el modo tan peculiar que tie· nen de hacer el pan, por el procedimiento del vapor. Esa torre circular es el horno, que tiene seis pisos o departa· mentos distintos, todos ello& colocados sobre una caldera de igual anchura que Ja torre, llena de agua. Uno de Jos panaderos vigila el horno, y el otro maneja el fuelle (muy original, por cierto), so· piando incesantemente al fuego, que arde debajo de Ja caldera. Como tGdo e• curioso entre to• orfentales, no podfa me.nos de ence– rror ana manvfllosa curiosl4ad e.LA PABRICACION DEL PAN.• El vapor de agua va pasando por los panes colocados en cada uno de Jos pisos del horno, y quedan poco a poco en sazón para poder servir de alimento. Al pretender cerrar este cuadro de las costumbres y de la vida del kansuano, no es que crea haber hecho una completa informa– ción sobre tema tan interesante, pue~ reconozco que son muchas

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