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18 ANUARIO MISIONA!. al Definitorio en este sentido, con razones tan poderosas, que movieron a este a adoptar el acuerdo, sin más demora, en 9 Mayo de 1730. El mismo Hermano con el P. Félix de Ablita.; fué enviado a Madrid, a solicitar del Consejo de In– dias una Misión entre infieles de América. En 1744 la Provincia repitió la misma solicitud ante el Consejo de Indias por medio del P. Celedonio de Calahorra, que era Definidor General. Entre tanto el P. Francisco de Catarroja (de la Prov. de Valencia) dirigía un Memorial al Rey desde la Misión de Riohacha-Maracaibo pidiendo más relígiosos, por ser insufi· cientes los ocho Padres de Valencia que allí habla, para aten– der a tan dilatada Misión. Y en Enero de 1747 el Virrey de Santa Fe se quejaba del poco fruto que se hacía en la con– versión de los indios de la región de Maracaibo. Por lo cual el Consejo de Indias hubo de acceder a los deseos de Navarra-Cantabria. Y en 25 de Marzo de 1749 se decretó la separación de las Misiones de Riohacha y Mara– caibo, quedando la primera para los PP. de Valencia, y la se– gunda para los de Navarra-Cantabria. En la Definición de 23 de Julio de 1749 fueron designa– dos los religiosos que formarían la primera expedición a la citada Misión: Padres Felipe de Cintruénigo, Prefecto; Francisco de Ta– falla; Francisco de Allo; León de Zuazu; Adrián de Los Ar– cos; José de Espronceda; Francisco de Urroz; Javier de Ta– falla; Andrés de Los Arcos; Fausto de Iturgoyen, Fernando de Tafalla y el Hno. Fr. Alejandro de Cintruénigo. El Padre Fernando de Tafalla cayó enfermo, siendo sustituido por el Padre José de Auto!. Esta expedición se embarcó en 1752 en el Puerto de Pasajes. El territorio de la Misión era extensísimo. Abarcaba toda la llanura cenagosa de la región de Maracaibo extendiéndo– se hasta Mérida, y la región de Perijá que se interna en la Sierra de su nombre la cual divide hoy, en esa parte, las Re– públicas de Colombia y Venezuela. Los indios eran muy fieros e indómitos. Esto explica el