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ANUARIO MISIONA~ ló7 quilla se hund!a en la arena por la escasez de agua, y los misione– ros tenían que ayudar a los barqueros. En vista de estas tan tremendas dificultades, dió por tenninada la jornada el jefe de la misma, cuando llegaron a Chan·ku, a pocos kilómentros de Hanchug-fu a donde entraron en briosos mulos el dia 18 de enero. El d!a 23 del mismo mes reanudan et viaje, forman-. do una numerosa caravana compuesta de unos 70 mulos. El paso por los desfiladeros era horrible: la nieve se había helado: el Ar.gel de la Guarda tos libertó, y tan solo algunas maletas rodaron al pre· cipido. El 29 de enero a las nueve y media de ta maílana pisan tie· rra del Kansu, y et 2 del mes de febrero a tas cuatro de la tarde Re.ndJdoa ptro no vencfdo1 loa cinco misioneros de-scaaaan tnnqullos coa los c:aldados del limo. Vicario Apostólfco P. Waltuer. abrazaban al limo. P. Walleser, Vicario Apostólico, y quedaban en· tre sus compaíleros de misión, contando las tremendas peripecias de tan larga jornada, pues seis meses les costó llegar a Tsin-chow, desde el dia de su despedida de Pamplona. (1) (J) En la descripción de este tan accidentado viaje, no no• hemos cont.eo· tado con seguir 1a narración del P. Fulgenelo. sino que hemos procurado, en cuento nos era posible, dcscrlblrlo con sus rnlsmns palabra.a y servirnos de sua mismas froses, pora conservar en él toda su outenticldad. A pesar de estos nuestros deseos, tenemo.s que confesar, Que la brevedad que hemos pretendido bacer d•I relato, no• ha Impedido hacer resaltar, el espl· ritu de apóstol, y eJ gesto anogante de un ve.rdadero misionero, que se descu· bre a trav!a de aquellas péginas, llenas de vida, eSCTitas por el P. Fulgenclo, y e las que remito una vez más a mis lectores. (Verdad y Caridad nfto 1927 Nos. 00 y51.)