BCCAP000000000000125ELEC

164 ANUAfflO MISIONAL cuales el 15 de Agosto de 1927, y en nuestra Iglesia de Pamplona, se repetía la misma ceremonia de despedida, oficiando el Ilmo. Sr. Obispo de la Diócesis Oct. Dn. Mateo Múgica, quien los armó caballeros de Cristo, imponiéndoles el Santo Crucifijo y entregán– doles las Letras Obedienciales de la Sagrada Congregación, para que tomaran posesión de aquella tierra, a la cual partían llenos de entusiasmo al dfa siguitnte, siguiendo la misma ruta, que sus pre– decesores hasta Shanghai, para empezar desde aquí una peregrina– ción verdaderamente arriesgada y heroica. Una nota simpática, y que refleja con toda claridad y evidencia el entusiasmo, que en la Provincia y en los religiosos de las diver· sas misiones, despertó esta nueva misión, la ofrece el R. P. Simón de Bilbao, quien desde Chile donde llevaba varios ailos de resi– dencia, dió su nombre para poder formar en alguna de las expedi– ciones para el Kansu y aceptado por los Superiores se embarcó en Valparaiso; atravesó el Océano Pacífico, llega al Asia y nos sor– prende su presencia en Shanghai, esperando a sus compañeros de la Provincia, con quienes se une, para emprender un viaje, que mi– lagrosamente pueden contar, y que nosotros brevemente vamos a recordar, pues no conviene dejar en el silencio estos primeros pa– sos; que ponen de relieve lo dificultoso de nuestra misión, a la vez que agigantan el espíritu, que anima a nuestros misioneros. (1) El ejemplo arrastra El ejemplo admirable dado por el R. P. Simón de Bilbao pren– dió con fuerza irresistible en el M. R. P. Fernando de Dima, misio– nero en la Argentina desde el 1909, que encontrándose de paso por España, depuso los cargos de Consejero de la Misión de Chile-Ar· gentina y de Superior de Pompeya (en Buenos-Aires), que acep· tados ante sus reiteradas instancias porlos Superiores de la Orden, obtenida la correspondiente obediencia, en 1928, emprendía solo la ruta hacia el Kansu, donde se encuentra escribiendo páginas brillan– tísimas de celo misional, y realizando la más admirable obra de ex· ploración del país, para facilitar su evangelización. Obra grandiosa, no exenta de peligros, que arrostra con temple de acero, que no se doblega ni a la vista de los ladrones, ni le rinde el largo cautiverio que prisionero de los comunistas chinos ha tenido que sufrir. (1) En nuestra revista Verdad y Caridad, aílo Hl'27 N. 0 45 pág. 424, en una carta del P. Pulgencio de Bargota escrita a bordo del cCoblenz> narr• los 41 días de travesía hasta llegar a Sbanghai: y en el aiio siguiente 19'lf'l, en distintos nú– meros se encuentra con todo detalle y con rasgos de. imborrable viveza la na– rración de un viaje, que les costó tres meses, pues hasta el día 2 de febrero de 19'28 no llegaban a Tsin·chow.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz