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A.WARIO MISIONAL 139 desembarcando en la Guayra el día 15 de Julio de 1842. Fué des· tinado a los pueblos de Santa 7eresa y San Francisco de Yare. Pero obtenida la competente autorización p~ra ejercer su aposto– lado entre los indios errantes, pasó a EL Palote del Apure con el P. Adoain. El rudo trabajo, el clima y sobre todo la falta de alimen· tos de que carecían por inexplicable abimdono en que el Gobierno de Caracas dejó a los misioneros, acabaron con la salud del Padre Hernani y de su santo compa11ero. Ambos cayeron gravemente en· fermos, acostándose en una pobre hamaca en el interior de una caballa infecta, sin otro auxilio que los brevajes preparados por los indios. Debiendo abandonar aquella misión por orden del Go– bernador y porque le era imposible continuar, se retiró aAchaguas navegando en una pequeña canoa dirigida por indios. En aquél pueblo, formado todo él de casitas de ramaje, experimentó noh1ble mejor!a y pudo ejercitar su sagrado ministerio. Más tarde pasó a Caracas, donde llegó a formar parte de la comunidad reunida en la rP-~idencía de San Felipe. A principios del año 1851, pasó a Cuba con los Padres Ramón de Murieta y Femando de Logroño y el Hermano Fray Francisco de Idoy, para .ocupar un convento preparado en Guanabacoa por el Padre Adoain. Pero a los pocos dias de su llegada, murió de vó· mitos, enfermedad entonces endémica en aquella l~la. P. José Maria de Moodragóo. Honra de la piadosa familia de los Egaila y de la Villa de Mon· dragón (Guipítzcoa) fué este intrépido misionero del pasado siglo. El día 17 de Noviembre de 1828, teniendo veinte años de edad, ingresó en la Orden, tomando el Hábito en el Convento de Deus· to. No hizo su Noviciado en la Provincia de Navarra-Cantabria. Pero semejante circunstancia no justificarla el olvido y preterición, en estas páginas, de tan apos!ólico y sufrido religioso. Fué ordenado de sacerdote en 18.3.5, época demasiado turbu· lenta para que el P. Mondragón pudiera disfrutar de la paz del claustro. No se sabe dónde se refugió al sobrevenir la ley sacríle· ga de supresión de conventos. En 1842 dió su nombre a la lista de voluntarios que se ofrecieron a la Santa Sede y al Rvmo. Padre Alcaraz para las misiones de Venezuela. Embarcóse en Burdeos con los Padres Guillermo de Ugar, Pantaleón de Ajanguiz, Domin· go de Beranga y Cirilo de Pamplona, llegando a la Ouayra el 16 de julio. El Padre Mondragón fué inmediatamente destinado con el Pa-

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