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ANUARIO MISIONAL 137 Siendo mucho lo que se ha escrito acerca de este Siervo de Dios, basta consignar aquí lo más preciso. Nació en Adoain (Navarra) el dla 11 de Octubre de 1808. Ingresó en la Orden a sus veinte de e· dad. A l sobrevenir la revolución. se refugió en Bertizarana, Cía, lrurozqui y finalmente en Italia. En Mayo de 1842 se embarcó en Marsella para Venezuela, con la famosa expedición dirigida por el Padre Murieta. Predicó en Parapara, San Fernando y Achaguas. Después penetró en la región salvaje del Apure. Con auxilio del Padrejulián de Heroani redujo a trescientas familibs con las quefun– dó tr~ pueblos. El trabajo, el hambre-y el clima agotaron las fuer– zas y la salud del Padre Adnain, el cual contrajo una grave enfer– medad. El Gobernador de Achaguas le ordenó abandonar aquella rrortlfera región, y algo repuesto de su salud, se trasladó aCaracas. Pocos meses después, pasó a Eúropa por orden de los médicos; y formó parte de la pequeña comunidad de U:;tariz. Ailorando, como buen aposto!, los días pasados entre sus in· dios, regresó a Venezuela. Predicó en las más grandes ciudades y y en la Catedral de Caracas ante auditorios demás de diez mil per· sonas. Al estallar la revolución, pasó a Cuba por orden del Prefec– to para preparar un convento. En aquella Isla permaneció cinco aí'los, predicando sin cesar por todas las alde11s. Clió noventa y tres misiones, todas con grandes éxitos espirituales; viajaba a pie o a caballo recorriendo varios centenart!s de kilómetros cada ailo, sin más equipaje que una pequeila alforja y el estandarte de la Divina Pastora, sin otro calzado que las pobres sandalias, sin un misero solideo que le cubriera la cabeza, sin poseer más rop11s que un há· bito y las dos prendas interiores. En Octubre de 1856 pasó a Guatemala. En aquella república y en la de El Salvador predicó sin interrupción ciento diez misiones, algunas de ellas de más de un mes de duración. Expulsado de Guate– m!lla por la revolución en 1872, se trasladó a Est!ldos Unidos; y po– co de.spués a Francia, donde continuó su labor especialmente en el puis vasco. Cinco ailos más tarde comenzó sus predicaciones en Navarra. Restauró después los conventos de Antequera y Sanlúcar de Ba1 remeda y Pamplona. Murió en Sanlúcar el dla 7 de Octubre de 1880. Vista en conjunto la labor de este egregio misionero, resulta formidable. Legitimó diecisiete mil nuevecientos dieciocho matri– monios en Cuba, Guatemala y El Salvador. Distribuyó en Cuba ochenta y dos mil comuniones; en Guatemala trescientas veintemil setecientas venti cuatro. Estableció en más de cien Parroquias la Asociación de Hijas de Maria, de la Divina Pastora, de la Ter·

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