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A.WARIO MISIOXAL 131 despedida: •Dios me llama; ya no puedo tener duda alguna de su voluntad santísima. Mis pensamientos y afectos hacia la triste situa– ción de los pobrecitos infieles viene de muy antiguo... La obedien– cia bendice mis deseos, y en t:I nombre del Seflor me destina a la Mesopotamia... • Dentro de la extensa región de aquella Misión, tenía entonces nuestra Ordrn las resi– dencias de Orfá, i\\ardín, Diarbekiry Suerek. Am– bos fueron destinadoi1 a Diarbekir, ciudad de cua– renta mil habitantes, la mayor parte mahometa· nos y cismáticos, aunque abundaban los católicos de diversos ritos. El te· rritorio de la Misiór. era dilatadisimo. De Diarbe– kir a Mardín había no· venta kilómetros de dis– tancia; y hasta la resi– dencia de Orfa, en direc– ción opuesta, noventa y cinco. A poco de su lle· gada a Diarbekir, los dos Padres ejercían su minis– terio en lengua turca,que aprendieron muy rápida· mente. En aquella ciudad habla existido iglesia ca– tólica y residencia. Pero perseguidos los misione- iP. A11ce1 G• P•mP•••• ros por los turcos, encar· celados y desterrados por los años de 1828, todo habia quedado abandonado, y la iglesia se convirtió en un montón de ruinas. Mu· cha y muy tenaz resistencia hallaron los Padres Angel y Miguel por parte de las autoridades, en su proyecto de reedificarla; mas por fin, en el año l&iO pudieron dar cima a su empresa, abriendo al culto un templo dedicado a la D:ivina Pastora de las almas, que sustituyó a la mísera capilla provisional. Poco antes de terminar las obras, fueron advertidos del grave peligro que se cernía sobre la misión. En el Líbano y en Damasco se suscitó una cruel persecución

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