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k~UARIO ,\\ISIONA~ 121 y largas épocas, y en circunstancias muy difíciles, él solo sostuvo la fe y la religión de sus compatriotas con Sil' enorme influencia y labor, hasta que las repetidas peticiones, que iba haciendo al Muy R. P. Daniel de Arbácegui, Superior a la sazón de las islas Caroli– nas y Vap, consiguió dos PP. Luis da León y Vicente de Larrasoa– i'la, para Guam. En sus últimos años la Santa Sede quiso premiar sus méritos nombrándole Prelado Doméstico de S. S. Murió a fi– nes del año 1919 a la edad de 80 años. R. P. Luis de León. Aun en vida del P. Palomo y cuando és– te no podía regentar por sus años la parroquia de Agalla, el Muy R. P. Prefecto alemán nombró quasi-párroco de la Catedral al Re– verendo P. Luis de León, que desde el año 1-901 trabajaba ya en Guam. Su labor misional fué intensa y fatigosa, teniendo que atender durante varios años a toda la isla entre dos PP. Debido a su carác– ter enérgico, franco y decidido se granjeó la estima de los chamo– rros; y a una simple indicación suya correspondi~n los indios con esplendidez y generosidad. Su más importante obrn, que perpetua– rá su memoria, fué la construcción de la actual Iglesia-Catedral, en las condiciones y circunstancias que arriba quedan indicadas. Re– gresó a España definitivamente por atender mejor a su salud que– brantada el año 1919, y hacia el año 1930 murió en el Vicariato del Caroní, en Venezuela. Después de varios meses, fué nombrado quasi-párroco el Re– verendo P. Javier de San~üesa, llegado a la misión con el Vicario Apostólico el año 1921. Poseedor del idioma inglés, con mayor perfección que otro nin– guilo misionero, y con aptitudes nada comunes, para aprender idio– mas, pror.to se puso en condiciones para ejercer el ministerio pa– rroquial en los dos idiomas, inglés y chamorro. Por temporad~s ha sido encargado para ensei'l~r el español en el palacio del Goberna– dor; este, para expresar de algún modo su agradecimiento, le ha llevado en excursión por japón y China en compañía de su familia en un buque de guerra. R. P. Román de Vera. No es fácil reducir a pocas líneas la enorme labor misional que este Padre lleva desarrollando en todos los órdenes desde su llegada a Guam (Abril de 1915) con una tena– cidad y constancia extraordinarias. Dotado de raras facultades, sobre todo en orden a aprender idiomas, desde las primeras semanas pudo dedicarse al ministerio primero en inglés que lo poseía admirablemente y después en cha– morro. Su elemento es el trabajo; y cuanto mayor sea este, más se

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