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10 A.~l'ARIO .MISIOSAL y la del rey de Cazanga por el P. Antonio de Zaragoza. También fué Fr. Francisco de Pamplona el organizador y fundador de las Misiones Capuchinas de América. En 1648 penetraba en la salvaje región de Darién con siete Padres y dos Legos, todos españoles, con licencia de tras· ladarse a Japón o filipinas si el éxito no acariciaba su em· presa en América. Mas viendo que la mies era mucha, se creyó necesario pedir más operarios evangélicos y nueva· mente vino Fr. Francisco a la Corte de Madrid, desde donde envió varios Padres a Darién y organizó otra expedición que se estableció en la región de Cumaná. En poco tiempo redu· jeron a los indios Pyritus, Cochismas, Chacopatas, Pelen· queys, Maycan11s. En 1651 emprendió Fr. Francisco nuevo viaje en busca de más Misioneros, pero murió en el Puerto de La Guaira con gran fama de santidad. Con Misioneros del relieve del VenPrable P. José de Ca· rabantes, la Misión de Cumaná prosperó por modo prodigio· so, extendiéndose después a todas las regiones deVenezuela que entonces eran de indios incivilizados. En 1658 se dió principio a la de los Llanos de Caracas fundándose 80 pue· blos; y veinte años más tarde a la de Trinidad, Guayana y Orinoco, que alcanzó después un grado de prosperidad in· creíble bajo Ja dirección de nuestros Padres de Cataluña. Del año 1693 data la Misión de los Valles de Maquayos y Aratomos próximos a Maracaibo. Y de la misma fecha es la de Santa Marta, Río Hacha y Valledupar. Las de la región de Apure y Meta fueron organizadas por los Padres de An· dalucia en 1777, siendo anterior la de los Capuchinos de Na· varra en la región de Perijá, Mérida y La Grita. La actividad de los Capuchinos espafloles no se circuns· cribfa a Venezuela. A mediados del siglo 17 tomaban pose· sión de la región de Urabá varios Padres de la Provincia de Andalucía, mientras el P. Andrés de Concentaina se pose– sionaba de la Prefectura de Amazonas. El Brasil no debe menos que Venezuela a los Capuchinos. En 1642 establecieron misiones los Padres franceses en la región de Pernambuco, tomando posesión de Olinda y fun· dando pueblos a más de 140 leguas de aquella ciudad. Y