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1 I'' 1 IL 11 1 I; ' l,l " -Mo- tinguirse por lo elevado de sus sentimientos y la constancia de sus propósitos, descollando entre ellos el protago11ista por la energía de su volun– tad, por su honradez y profundas conviccio.nes, á fin de concentrar en si todo el interés viéndole víctima de un error ó de una pasión funesta. El plan, aunque sencillo, debe estar en armonía con la acción y seguir las regl as establecidas. El lenguaje ha de ser sonoro y . grandilocuente escaseando los adornos y largos raciocinio$: el estilo severo y rnagestuoso. La versificación fácil y fluida; y el metro generalmente el ende– casílabo asonantado. Modelos .-Puedcn citarse como modelos; en Grecia, La Orestia, de Esquilo; El Edipo rey, de Sófocles; y La Andr ómaca, da Eurípides. Aunque en Roma no arraigó la tragedia por no adaptarse á ella el carácte r y costumbres so– ciales; brillaron sin embargo en este género co– mo imitadores de los griegos Livio Andrónico, Ennio, Pacuvio y Lucio Anneo Séneca autor de diez tragedias que no se repre sentaron. En Francia fueron notables Corneille, Racine y Voltaire, y en Italia Alfieri. En España son dignas de estudio la Raqu el, de Garcia de la Huerta; el Edipo, de Martínez de la Rosa; y la lvluerte de César, de D. Ven– tura de la Vega. Comedia (1): su origen: definición y fin.– Atribúya se á la comedia el mismo origen que á la (1) Delgriego Kome, aldea f ode, canto= canto de la aldea: según otros de Komos, ronda demozos. 1
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