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.. 1 -23 9- te de u.na pe1·~01~aqueri~a ó por una de sg racia cualquiera publi ca ó pnvada . En la antigüedad v~rsaban algunas elegías so bre asuntos amo– ro s os . Se divide en her óica é íntima : en la primera. el poeta se h ace int é rprete del sentimiento gen e– ral ca usado por un a ca lamid ad pública, y admi– t~ por lo tant o ma~o r entu siasmo y e l es tilo pro– pio de la od a he ró1ca; la seg und a es más perso– nal,. _pues en _ell_a llora e l poeta s us propias des– gracrns: se d1st 1ngue porque es men os elevado su tono y más se ncilla su forma . Los g riegos y latinos emp lear on en sus eleO'ías los dís ticos de ex ámetro y pentámetro. E n ca~ te– llano se ha n escri to en tercetos y en verso libre . L os mej ore s modelos se encuentran en Jos li– bros sagrados, sob 1·etodo los Trenos de Jore– ~ias, a lgun os Salmos de David y var ios pasa– jes de los Profetas. Son también buenos model os de poesía elegíaca los himnos Di es irre y Stabat Mater. Ninguna ~legia nos queda de los Griegos. Ent~e los lat inos sob re sa lier on Ovidio, Propercio y T,bul o. En España so n dign as de es tudiar se como modelos ?e elegía heróica la de Espron– ceda , A la patria; la de Herrera, A ta pé rd ida del rey D. ~ebastr'án; y la de Ga llego, Al Dos d_e Mayo; siendo notables modelos de elegía ín– ttma la ?e D. L. F. Moratín, A las Musas; Ja de Ma1·t111ezde la Rosa, A. la muerte de la Du– quesa de Frí as; y las Coplas de Jorge Manri– que, A la muerte de su Pa dre. ~ ,¡ ' ,, 1, 1; I!

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