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-156- bate entusiasmado, enarbolando la bandera de Ja justicia y del dc1·echo ; mas otras por desgra cia arrastrado por pe queñ as y mi se rables · pasiones, lucha y s e es fuer za, no por el bien públi co que deberla impulsal'le, sino por el triunfo de sus caprichos y po r interese s egoí s tas de bnnderfa. Dificil es precisar regla s á una orat oria que tanta~ trasfo1·ma ciones a dmite según el asunto del disc ur so, las cil'cun stanci as de la época en que ~e. desarrolla, el carácter de ca da pais y las cond1c1ones del orador y del auditorio. En efec– to, reviste la oratol'Ía un ca rácter reposado cuando expone tr anq uil am ent e re form as admi– nis trativas, econó micas y juridicas· y torna un . , caracter arrebatado y enérgi co, cuand o se deb a- ten cuestiones personales 011 las que, lejos de emplear el lenguaje seve ro de la ra zón, se esg ri– men mu chas veces las aceradas armas de la sá– tira .. Igualmen!e influyen en la orat oria política las c1rcun s tan c1as de la época, siendo más me– surada en tiempo norma l que en los oeriodos r~v.olucionario s . El ca rác ter del pais y' las con– d1c1ones del orad or y del auditorio la modifi can tambi én, como se obse r va comp a rand o nuestra oratoria con la del pueblo inglés, la de las cá– maras legislativ as con la de los club s y manifes – taciones popul a re s. División de la oratoria politica. -S e divi– de en parlam entaria, popular y militar. La parlam entaria comprende los di sc urs os que se pr on uncian en los Parlamentos, en las cámaras de las Diput ac iones provinciales y en

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