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-152- ponen los preceptos de la mornl inspirando amor á la virtud y horror ÜI vicio: panegíricos (1), aquellos en que se elogia la vida de los Santos: y júnebres (2), si hacen el elogio de algún per– sonaje ilustre que ha dejado de existir, para que su cond ucta si1·va á los fieles de modelo digno de imitación . Cualidades del orador sagrado,-Hablnn– do de las cunlidades morales, hemos dicho que el orador ha de se1·hon rndo, pues bien; el pre– dicador ha de poseer estas cualidades en grado eminente, á fin de que, sieudo un ejemplo vivo de virtud, consiga inculcar e.fl e l corazón de los fieles la doctrina evangélica y comunicar á su palabra la autoridnd de un ministro de Jesuc1·is– to. Todas las cualidades morales del orador sa– grado pueden resumirse en Jo que se llama un– ción, que es un modo de decir afectuoso y per– ~uasivo, inspirndo por un ardiente amor á la verdad y al bien y basndo en profundas con– vicciones. Tocante á los conocimientos, necesita además de los genernles, el de la sagrada Escritura, el de la Teología dogmática y moral, el de los San– tos Padres y el de In historia de la Iglesia. Preceptos relativos al fondo y á la forma del discurso sagrado.- En cuanto al fondo ó asunto servirán los preceptos siguientes: 1. 0 El discurso sagl'ado debe ser claro y aco· modorse siempre á la generalidad de los oyen- (1) Del grlbgo pa11egvrdleln, elogiar. (Sl Oel latln {ú11ebrl1, de (1111iu, runeral,

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