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-150- tiquen la doctrina que el orador ha defendido . Cuando se recapitulan los principales argumen– tos para convencer el entendimiento, se llama epílo90 (1), y peroración cuando procura mover los afectos para inclinar la voluntad: en ambos casos el orador ha de desplegar todos los recur– sos de su elocuencia. LECCIÓN XXIX. D1ns1óN DE U ORATORIA SEGllN LOS ANTIGUOSY IIODER!IOS,-ÜRA• TORIA SAGRADA, SU OBJET0,-0ENOIIINACIONES QUE RECIBEN LOS DISCURSOS SAGRADOS,-CUALJDADE S IJEL ORADOR SAGRlDO ,– PRECEPTOS RELATIVOS AL FONDO Y Á LA FORMA DEL DISCURSO. -MODELOS , DIVISIÓN DE LA ORATORIA SEGÚNLOSAN– TIGUOSY MODERNOS.-Aunque en sentir de Aristóteles y Cicerón la oratoria es una, se di– vide, sin embargo, en varios géneros, que no son otra cosa que diversas aplicaciones de las reglas generales á fines determinados. Lo s antiguos dividí an la oratoria en tres gé– neros: demostrativo (2), deliberatico (3) y judi– cial (4): el primero compren día los discursos encaminad os á la alabanza ó al vituperio; el se– gundo los que tenían por objeto aconsejar ó di– suadir; el tercero aquellos cuyo objeto era acu– sar 6 defender . (1) Del griego epilogo,, conclusión. (ll Dellatln demon1trare, exponer clara J distintamente. (3) Dellatln deliberar,, aconsejar. (i) llel latlu judíclalls, lo pertenecienteal Juicio 6 á la admtntslra• clón lleJusllcla.
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