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-15- raleza las facultades de que hablamos en otro lu– gar, la obser vación constante de la naturale za y el estudio de los bueno s modelos . Objeciones. -A lgunos objetan que las reglas entorpecen las facu ltades coarta ndo la imagina– naci? n é impidiend o el vuelo del ingenio; y otros sos tienen que son inútile s, porque han existido gra~des escritores que , sin conocerla s, han pro– ducido obras inmortales. La primern objeción se desva nece teniendo presente que las facult ades del artista se desenvuelven y fort alecen con el auxilio del arte, y que los hombres de tale nto léjos de sacudir el yugo de las reglas, se som/ ten á ellas, considerándolas como ver dade ros auxiliares para no incurrir en e1To1·esv ext ra– vagancias; lo que sucede con frecuencia~ cuando está n abandonadas á su propio impulso. En cuanto á la seg unda objeción, diremos que si los antiguos escritores desconocía n las reglas, las observaban puntualmente, porquo inspi rad os por su propio genio las adiví naban; debiendo atia dir también que estos ingenios eminentes hubieran adelantado mucho más auxiliad os por las reglas del arte, pues no cabe duda que antes de la for– ma ción de éste los primeros ensayos fueron realmente mu y imperfectos. OBRA LITERARIA.-«Toda obra liter aria (to– mada esta expresión en su más la to sentido) es una ordenada serie de pensamientos, diri gida á conseguir un fin · determinado, que en último resultado nun ca debe ser otro que el bien de la especie humana». (Coll y Vehi).