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-114- cUidadosarrtenie evitarse, porque la difusión y la redundancia hacen lánguido el estilo y producen confusión y fatiga en el entendimiento por la ne– cesidad de fijar la atención en una multitud exu– berante de pormenores: y la concisión excesiva hace árido el estilo y produce cierta vaguedad que, dejand o libre campo á la imaginación, hace difícil y á veces imposibilita la clara per cepción del entendim ien to. LECCIÓN XXII . CONTINÚAN LASCUALIDADESESENCIALES DE LA ELO– CUCIÓN.-UN1DAD EN LA VARIEDAD: EN QU~ C0NS1STl\?-0P OR– TUNIDAD DE LA ELOCUCIÓ.'i.-NATUIIALID.I.D: V1c10S CONTRARIOS A LANATURALIDAD, UNIDADENLA VARIEDAD.-Ha blando de la belleza, vimos que eran coridicio11esesenciales de la misma la unid ad en la variedad> y como la belle za entra en toda composición literaria como medio ó como fin, re sulta que aquellas dos cualidades son también inseparables de la bue– na elocución. En efecto, la unidad satisface á la inteligen cia y en la variedad estti. el placer de la imagin ación y de la se nsibi lidad. La unidad de la elocución consiste en la ínti– ma rela c ión de los peasamientos, afectos y len– guaje, de modo que pl'oduzcan la imp1·esión de un so lo objet o y fijen la atención de los oyentes ó lectol'es en la idea capi tal. Si entre los pensa– mient os, afectos y lenguaje no hubiese unidad, reinaríu1 en la obra el desó rden y la confusión.

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