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-Hó- porque la belleza y la bondad son dos cualida– des inseparables . Puede una obra ser mor al en la expresi ón é inmoral por los sentimientos que excita, y vice– versa, puede se,· hone~ta en el fondo é inmoral en la forma; en ambos cosos se falta á la hones– tidad de la elocución . Reglas. -Han de evitarse cuidadosamente no sólo en la elocución lite1·aria, sioo tamhién en el len guaje familiar las palabras indecentes, por– que despiertan ideas repugnantes y asquerosas; las groseras, porque son contrarias á la buena edu cación, y las torpes porque ofenden al pudor. Si hay tJecesidad de manifestar ideas repug– nantes ó referir algún hecho poco honesto, es necesario emplear palabras nobles y decentes aunque sean menos propias y claras, ó valerse de circunloquios que den á conocer los objetos en volv iéndolos con cierta sombra . Claridad.-Con siste la claridad de la eloc u– cióu en que los pensamientos se expresen de modo que los entiendan fácilmente las personas á quienes se didgen, suponiendo en éstas la ap– titud indispensable para ello. De esto se deduce que .son dos los elementos que la constituyen; la clandad del pensamiento y la del lenguaje; pues pudiera suceder que el que habla ó escribe hu– bieseconcebido claramente un pensamiento y por falta de acierto en el lenguaje hubiese resultado oscura la expresión. Veamos pues en qué consis– te la cla rid ad del pensamiento y la del lenguaje. Se llama claro un pensamiento cuando se

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