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292 MIGUEL-ANXO PENA GONZÁLEZ 26 Este tipo de características internas, además de ser identifkativas del esti lo barroco hacen también referencia a la dificultad implícita del tema, donde el autor vive contracorriente del pensamiento general de la época. Por otra parte, el uso de largas referencias en las que se entremezclan fuentes y autores de distintas disciplinas, obedece a un interés personal por mostrar la irrefutabilidad de aquello que está exponiendo, al mismo tiempo que da prueba fehaciente de la rigurosidad de su discurso. Pero, aunque haga referencia a distintas disciplinas, Epifanio de Moirans, en todo momento, se mueve en el ámbito de la teología36. Su tratado está dividido fundamentalmente en cinco partes, que quie ren responder a las intenciones de su proyecto antiesclavista. Respecto al contenido de la misma, él mismo nos expresa cuál es su intención con- creta: “para que la misericordia y la justicia con los esclavos preparen bie nes, reconociendo el error, compensando las injurias, devolviendo la libertad a los negros, haciendo penitencia, reparando las injusticias y res tituyendo lo substraído, describiré breve, abundante y verazrnente el error en el principio, y los errores en el fin”37. Tanto para él, como para el capuchino aragonés, no hay duda alguna de que los negros africanos son hechos esclavos contra el derecho natural y contra toda la doctrina de la Iglesia. Llegará a plantear cinco conclusiones rotundas, que curio samente sitúa al comienzo de la obra, para que todo aquel que se pro ponga leerla tenga claro aquello que se va a encontrar: 1. Nadie puede comprar o vender a ni uno de los esclavos de Africa, deno minados comúnmente negros. 2. Todos los que poseen a algunos de ellos están obligados a manumitirlos, bajo pena de condenación eterna. 3. Los amos de los mismos, al manumitirlos, están obligados a restituirles sus trabajos y a retribuirles sus servicios. 4. Los negros, moradores en las regiones de las Indias que trabajan en azu careras, llamadas sucreries por los franceses e ingetiios por los españoles, en las que se tienen esclavos, están obligados, por derecho divino natural, a salir y buscar lugares en los que se cuide de su salvación eterna. 5. Por causa de la injuria de los negros, trasladados de SCI5 territorios y exportados a las Indias, los príncipes cristianos huirán de sus propias regio nes y las perderán; y los obispos y clérigos emigrarán de ellas y navegarán, fugitivos; y los cristianos se convertirán en siervos y esclavos. 36. No se puede olvidar que era ya muy típico en la época la pugna entre teólogos y uristas, achacándose entre ambos el introducirse en la disciplina contraria, sin tener sufi ciente conocimiento de la misma y de los ámbitos en los que se movían ambas. Esta opo sición se ve acentuada con la concreción posterior de la teología moral, como campo a caba llo entre ambas ciencias. 37. EPIFANIO DE M0TRAN5, “Set-vi liben”, n. 1, en AGI, Audiencia de Saiito Do,ziingo, Leg. 527, f. 86v.

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