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25 EVANGELISMO FRANCISCANO: UNA APUESTA POR EL HOMBRE 291 asumiendo lo que esto pudiera comportar en su vida concreta. Así lo afir ma él mismo en el prólogo de su obra: Advirtiendo estas cosas, yo con libertad apostólica, con caridad fraterna, sin incumbirme por justicia ningún cuidado, avisaba a los hermanos cris tianos, a los amos de esclavos que nunca podrían salvarse con tal modo de proceder con los esclavos. En razón de tales sermones sobre la verdad, ver dad que engendra odio, muchos, gratuitamente, me trataron con animad versión, moviendo persecución contra mi porque daba testimonio de que sus obras eran malas. Pero soporté todos los odios del mundo y todas las persecuciones por los elegidos de entre los negros; para que también a ellos alcance la salvación. Por eso no desistía sino que me apremiaba en la ense fianza, enseñando a los esclavos, exhortando, arguyendo a los amos que eran inexcusab]es y así se salvaran, de entre sus esclavos, los esclavos pre destinados3. Él mismo entiende que su apresamiento en la provincia de Cumaná es consecuencia de su dedicación a la evangelización de los indios, para los que no existían las fronteras que otros intentaban demarcan Así lo expresa también en el prólogo: “por juicio incomprensible de Dios, apresado entre los indios por católicos, conducido como explorador por tierras de españoles, hostilizado por injurias, atacado con oprobios, por falsos testimonios, calumnias, contumelias, excomuniones, agobiado jurídicamente sin motivo, sin jurisdicción, sin forma de derecho, llegué a la isla de Cuba, arribando al puerto de la Habana, permanecí allí hasta que el navío zarpase del puerto para trasladarse a España. Embarcado en la nave, salí del puerto; pero, arribando de nuevo la nave a puerto, lla mado y condLlcido al desierto, busqué la soledad para vivir en ella hasta la llegada del navío regio”. Su opción evangélica entiende que ha de ser aceptada por todos aquellos que han asumido la fe de Jesucristo, por lo que no comprende que él pueda ser apresado por católicos, algo que sí era lógico en los que profesaban la fe de Mahoma. Respecto a su tratado Scn’i liben, conviene señalar al margen de la fecha concreta en que fue escrito, que has’ una serie de características que nos permiten clasificar al autor y su obra dentro del estilo barroco. Nos encontrarnos con un uso ampuloso y recargado del lenguaje, llegando en algunos momentos a resultar de difícil comprensión, de igual manera que la exposición del discurso, que puede crear cierta confusión en el lector; por esa razón Moirans comienza su tratado presentando las conclusiones. 34. EPIFANIo DE M0IRAN5, Set-ii liben, prólogo, en AGI, Audiencia de Santo Domingo, Leg. 527, í. 81v. 35. Ibid.
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