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15 EVANGELISMO FRANCISCANO: UNA APUESTA POR EL HOMBRE 281 Con estos principales y gramáticos, también principales, platiqué muchos días, cetca de dos años, siguiendo la orden de la minuta que yo tenía hecha21. Sin dejar de ejercer su ministerio sacerdotal, desempeñó variadas acti vidades en diversos lugares y conventos; aunque su dedicación principal la ocupó siempre la enseñanza y la investigación, corno un binomio nece sario para el sostenimiento de las culturas autóctonas. Durante casi cua renta años fue profesor e, incluso, Rector del Imperial Colegio de Santa Cruz de Ttatetolco para la formación de indios y del clero local, en el que puso en práctica sus métodos pastorales y pedagógicos. Allí compaginó la enseñanza de la latinidad a los naturales, con la enseñanza de la teo logía como Lectoq en el convento anexo al Colegio. A él se debe, también, el interés por un sistema pedagógico donde el canto ocupa un lugar pre ponderante, corno medio práctico para asimilar unos conocimientos y, al mismo tiempo, desarraigar de la cultura indígena los cantos utilizados en las fiestas paganas. El contacto con infinidad de estudiantes, le permitía además valorar y medir el alcance de sus investigaciones. Al mismo tiem po, sus alumnos trilingües, eran una ayuda de campo fidelísirna para entrevistar y consultar a los ancianos respetables, de tal suerte que le fue posible recopilar y describir todo lo que se refiere a la vida de los antiguos mexicanos: creencias religiosas, cultos, ritos, costumbres, historia, calen dario, vida familiat tiestas, labores agrícolas, trabajos manuales... Con el apoyo de Toribio de Benavente y otros miembros de su orden, trabajará en la elaboración de un manual para la formación de los misioneros, aun que dicha obra no vet-á la luz, posiblemente también por los detractores de la misma. En 1578 le fueron confiscados sus manuscritos, ya que se considera ba que sus métodos e interés hacia la cultura indígena podían convertir- se en una chficLlltad para la conquista y evangelización de México. La cam paña, como no podía ser de otra manera, procedía de sectores religiosos opuestos a sus métodos misionales, o incluso que se le viera con cierto recelo, en razón de la buena aceptación de que gozaba ante los indios. Su sistema de capacitación manual e intelectual era además un medio opo— tuno para la cristianización, aunque no favorecía la asimilación entre cris tianización e hispanización. Sus detractores consiguieron que el 22 de abril de 1577, Felipe II prohibiera la diftisión y publicación de sus manus critos. Ése precisamente será el motivo por el que el conjunto de su obra no vea la luz hasta el siglo XIX. Durante su vida sólo llegó a la imprenta 21. BERNARDINO DE SAIIAGÜN, Historia general cte las cosas de Nueva Espaüa lib. it, pral., vol. 1, Madrid, Dastin, 2001, 107-108.

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