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ANuARIO DE ESTUDIOS BOLIVIANOS, ARCHIVÍSTICOS Y BIBLIOGRÁFICOS 567 de mi comición a el Don Segundo Larrea 201 , con la desgracia que fue menester fundir balas nuebas, de las que imbiaron propias para fucil, por ser inútiles para escopetas y pistolas, que eran las únicas armas que teníamos. 48. Prevenidos en el único modo posible, apareció Lanza el día 13 de octubre, amenasando ataque con un número respetable de tropa, y en el momento salió la guarnición de Irupana a cubrir los preparatibos y parapetos que estaban hechos en la campaña. A corta distancia, cubriendo yo el lado derecho de la bandera, y el cura de lrupana la isquierda, el uno y el otro poseídos de un furor religioso tan actibo, que acalorada, la gente con las extorciones, se presentó al enemigo con el denuedo increíble. Lo que bastó para hacer su retirada, sin entrar en acción formal. 49. Hiso nuebos llamamientos de más tropas, y embió emisarios secretos a Irupana, para persuadidos que no había necesidad de exponer sus vidas a un combate tan peligroso, que estubiesen seguros de quedar libres, y ser bien resividos, siempre que entregasen a los españoles europeos que sostenían la defensa. Y habiendo respondido todos con la más notable balentía de que primero quedarían muertos en el campo, que hacer semejante maldad, entró Lanza con furor frenético, resuelto a desolar el pueblo, y para poder verificar, entuciasmó su tropa con muchas promesas muy lisonjeras, qual fue la libertad de tributos a los (f. 13r) indios, y la de toda serbidumbre a los esclabos, que sacó de las haziendas de coca, con esta esperanza. 50. Se presentó el día 24 con el formidable exército de siete mil hombres, amenasando acometimiento al mismo tiempo que delineó un sitio riguroso. Yo bise las funciones de primer capellán, recojiendo las guardias, por toda la noche, para inspirar vijilancia, temeroso de algún ataque por sorpresa. No dejé de reconocer una sola trinchera, acalorando a los soldados con el fuego del sagrado amor a la Patria, y el interés de la Religión y del Rey, y les di la absolución general, para que con este consuelo empleasen sus últimos exfuersos contra los pérfidos enemigos. 51. El 25 a las siete de la mañana, desfiló en batalla y atacó al pueblo con una furia infernal, acometiendo por todos los costados, donde pensó encontrar entrada. Se le resistió con balentía, a no dejarle tomar aliento, unas veses a la defensiva, otras veses haziendo salidas repentinas, que los rechasaban a distancia, mientras yo sostenía mi caserío y huerta, y con mis dos negros, y algunas gentes a quienes resiamente acometieron repetidas veses, creyendo que mi existencia era quien daba impulso al choque que él nunca esperó. 52. Al cabo se cansó su fueza, a las sinco de la tarde, al ver trecientos hombres muertos de su parte, con cresido número de heridos, habiendo muerto de la nuestra, solo tres con quatro heridos, que luego sanaron. Y con este escarmiento biso su retirada lleno de vergüenza y de furor, resonando en Irupana los más expresibos 201 Documento de f. 72. Junta de guerra, y oficio de Cochabamba de f. 55 a 60.

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