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504 MIGUEL ANXO PENA ÜONZÁLEZ Es curioso constatar que, en el intento de justificar el alzamiento y buscar el apoyo de otras ciudades, aquellos que son enviados son fundamentalmente criollos y, al mismo tiempo, hombres vinculados con el mundo intelectual del entorno que, lógicamente, con mayor facilidad tendrían entrada en las distintas ciudades y en sus fuerzas vivas. Así nos encontramos a Bernardo Monteagudo que es enviado a diversas poblaciones de Potosí; Mariano Michel a La Paz, donde entrará en contacto con el cura José Antonio Medina, párroco de Sicasica, y a Cochabamba, a donde se desplazará Manuel Zudáñez. Por su parte, a Joaquín Lemoine se le encomienda visitar Santa Cruz. No sorprende constatar que estos personajes ocuparán muy pronto un papel público destacado a partir del alzamiento del 16 de julio en La Paz. Por otra parte, se salvaban los niveles de la estructura jerárquica virreinal, desde el momento en que se recurría al virrey Santiago de Liniers y Brernond al presentarle los hechos acaecidos en Chuquisaca, considerando como responsable de todo a García Pizarro y, al mismo tiempo, evidenciando que, de esta manera, se habían defendido los derechos legítimos que correspondían a Femando VII y se había puesto freno a la conspiración. Por si no fuera suficiente, la deposición de García Pizarro se argumentaba en el recurso a la pretensión de entregar aquel territorio a la princesa Carlota, de tal suerte que la intervención en Chuquisaca aparecía como un acto patriótico frente a la conspiración que era promovida por el Presidente de la Audiencia y del comisionado Goyeneche. Con todo, resultaba difícil justificar la formación de un cuerpo armado, las llamadas a la población para que se pertrechase para la defensa y, lo que era manifiestamente más visible, la decisión de defender las entradas a la ciudad. ¿Cómo podían ser justificados estos hechos si no era en el hecho concreto de que no aceptarían dar marcha atrás en aquellas decisiones que l.abía tomado la Audiencia en su propio alzamiento? De las consecuencias que automáticamente se derivaban de los hechos, tanto en su expresión teórica como en su manifestación práctica, sólo se tendrá plena conciencia después del levantamiento de La Paz, momento en el que el intendente Francisco de Paula Sanz pondrá en marcha toda la máquina virreinal para proceder contra los firmantes del alzamiento y de la renuncia de García Pizarro, al tiempo que contra aquellos que se habían alzado en La Paz. El alzamiento del 16 de julio de 1809 Las causas aducidas para la insurrección del 16 de julio fueron sustancialmente las mismas que se habían dado para los sucesos del 25 de

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