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566 MIGUEL ANXO PENA ÜONZÁLEZ los desampararía sacrificando generosamente mi sangre para morir todos juntos, primero que ocacionar la perverción de todo el Partido, que necesariamente debería seguirse a la pérdida de aquel baleroso pueblo. Entonces lebantaron todos una vos uniforme y clamorosa, jurando también que no me dejarían perecer, sin perecer primero todos ellos, para no cer testigos de la perfidia de la Patria 195 • 44. El tercero fue asalariar a mi costa, hasta ceiscientos hombres, que guarnecían la población con el único armamento de cien bocas de fuego, entre escopetas y pistolas, nombrando al cura de Chirca, Don Martín Larrea, y otros eclesiásticos por capitanes comandantes de los indios, para que a viva voz, los animasen con sus exortaciones a no desamparar el puerto, y decistir con la mayor constancia a los enemigos de la Religión, (f. 12r) del Rey y la Patria, que se estaban disponiendo a exterminar 196 , haviendo consumido muchos miles para sobstener los sagrados derechos de nuestro suspirado soberano el señor Don Fernando 7° 197 . 45. Inmediatamente despaché también a mi costa, barios encargados de mi confianza, con oficio para el governador de Potosí, y para el de Cochabamba, pidiéndoles con la mayor instancia auxilios de tropas y municiones, por que hallándonos destituidos de uno y de otro, sin pólbora, ni balas, y sin más defensores que los seiscientos hombres susodichos, de todas castas, entre poquísimos españoles, indios, mulatos y algunos negros, parecía casi necesaria nuestra desolación, sino franqueaban los socorros mencionados, suspendida de momentos. 43. [sic] Quando el digno gefe de Potosí, ya tenía dispuesto con la mayor actibidad el embío de doscientos hombres armados con peltrechos y municiones de guerra, y quatro cañones de campaña, en lugar de sien soldados que yo le pedí 198 , llegó a sus manos un oficio capcioso del comandante rebolucionario Don Pedro Domingo Murillo, su fecha 2 de octubre 199 , en el qual, haciendo valer su maliciosa y genial ipocresía, aparentó tener ya rendidas las armas a la disposición del señor Don Francisco Paula Sanz, como comicionado del superior govierno de Buenos Ayres, para que dispuciera de todas las tropas de la Provincia de la Paz, como tubiese por más combeniente, añadiendo protestas y sumiciones fingidas, que obligaron al sitado gefe de Potosí a suspender el auxilio, contemplándolo ya innecesario enteramente persuadido, que por los remordimientos de sus exesos, lexos de tratar de mi perjuicio procuraría satisfacer hu- (f. 12v) mildemente a mis ultrajados respetos 200 • 47. El señor governador de Cochabamba, combocó junta de guerra, de cuyo voto, aunque se executó al auxilio de tropa y armas, me remitió prontamente dies y nuebe mil cartuchos de pólbora, con bala y docientos cinquenta piedras de chispa, al cargo 195 Los 6 testigos de la información de f. 64 hasta 70. Sobre la 5ª pregunta. 196 Certificaciones que corren de f. 71 hasta 78. 197 Resibos, certificaciones y cuenta que corre desde f. 79 hasta 99. 198 Oficio original del señor Sanz de 6 de octubre a f. 49 y 50. 199 Corre a f. 53. 200 El oficio original de 7 de octubre corre a f. 54.
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